Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



19 de diciembre de 2013

¡¡¡¡Trenes!!!!

Comentario en el programa La Gaveta del día 18 de Diciembre de 2013

Si usted, paciente oyente de la Gaveta, aun mantiene dudas sobre la naturaleza de nuestros problemas y todavía objeta cuando oye críticas sobre esos parásitos que conforman la clase política que padecemos en las islas, pensando que de sus manos deben venir las soluciones cuando no son más que parte esencial de nuestros males, hoy para usted tengo un ejemplo de libro. Se llama María del Carmen Rosario Godoy, y es la consejera de Transporte y Vivienda del Cabildo de Gran Canaria. La criatura ha tenido a bien anunciar que llevan gastados 24 millones de euros en proyectos para trenes a pesar de que no constituyen ninguna prioridad ni para la corporación ni para los ciudadanos. Es cierto que llega a esa conclusión cuando advierte que no hay inversores dispuestos a acometer la broma, que se irá, sin desvío presupuestario, por encima de los 1.500 millones de euros. Luego, ya se sabe. 

Lo mejor de la señora son sus explicaciones. No es una prioridad pero como 'el dinero viene de Madrid con carácter finalista si no es usado para lo que se concede hay que devolverlo, así que hacemos los estudios y damos empleo a tantos ingenieros y arquitectos que se encuentran en una complicada situación en este momento'.¡ Enternecedor! No se hará el tren por inviable pero lo que sí es cierto que ya se han pulido 24 millones de euros para empezar a hablar en algo inútil. Esto constituye por sí solo un escándalo, emparentados con otros casos similares y que muestran bien a las claras los efectos de incentivos perversos de los que se ha llenado la administración, donde lo único claro es que estas sanguijuelas gastan lo que nos quitan por la vía de la fuerza, en tal proporción que habría que hilar muy fino para no considerar los impuestos brutales que padecemos como trabajos forzados. No se le pasa por la cabeza devolver el dinero y dar carpetazo al asunto, que es lo que aconsejaría el sentido común y agradecía nuestra cartera, sino tira para adelante quitándonos nuestros dineros para dárselos a un grupo de posibles votantes que lo pasan mal, los arquitectos e ingenieros. ¿Son tan torpes como parecen o son sencillamente personajes insensibles a lo que pasa a su alrededor? Pueden ser las dos cosas. 

Este asunto de incentivos perversos pone sobre la mesa otro debate no menos inquietante. Esa austeridad imposible pero que algunos ven en todos los lados. Se ve que las garrapatas que nos gobiernan no pueden dejar de gastar por su enorme adicción a la deuda que pagamos los sufridos contribuyentes. Si no pueden dejar de gastar, la austeridad no es más que una milonga y, en ocasiones, una provocación porque no se ha trata de quitar médicos en nombre del ahorro, sino rebajar el gasto político que es el que siguen dejando intacto, así nos hundamos en la más absoluta miseria. Ayer se volvió a hablar de austeridad en el Parlamento de Canarias, debatiendo sobre el presupuesto del año 2014, que sube aumentando el endeudamiento que no son más que impuestos a futuro. Pero lo sustantivo del tema es que Canarias tendrá para el año próximo un presupuesto muy parecido al que manejó en el año 2007, el último de expansión del gasto y el Gobierno consume aproximadamente el 16% del total del PIB canario, lo mismo que entonces. Y por ponerlo en contexto, Andalucía se come el 21%, Cataluña el 13% y la comunidad autónoma de Madrid el 8,7%. Es decir, permitimos que estos politicastros de medio pelo se conviertan en actores de primer nivel de nuestra economía, con un peso muy importante pese a su tradicional torpeza y falta de acierto. 


Aquí nadie rebaja el peso e importancia de la administración y la ley de reforma que anda por el Senado camino del Congreso no resolverá ninguno de los problemas, más allá de que algunos presidentes de Cabildo o alcaldes deban bajar sus salarios. Lo realmente revolucionario habría sido eliminar administraciones sobrantes y dejar en manos públicas aquellos estrictos asuntos que no puedan hacer a día de hoy la iniciativa privada, con una norma que permitiera la retirada política en cuanto los empresarios pudiesen tomar el relevo. Pero son muchos los incentivos que existen para que eso no pase, miles de empleos de recompensa a repartir entre militantes de partido, familiares, amigos y queridas o queridos, todos en busca de la visa para un sueño en que han convertido la administración. Lo triste del asunto es que otros países redujeron considerablemente sus burocracias en plena crisis, con el Reino Unido pasando de 1.500 ayuntamientos a 340 para una población de 61 millones y medio de habitantes. Alemania tenía 25 mil ayuntamientos y ahora apenas llegan a 8.400, con 82 millones de habitantes. Bélgica pasó de 2.359 a 596 ayuntamientos y Grecia, la quebrada Grecia, de 1.034 a 355. En España, antes de esta triple burbuja que hemos sufrido en forma de tsunami, la financiera, la inmobiliaria y la administrativa, empezamos con 8.112 ayuntamientos y saldremos con 8.111, pues se produjo la única fusión de dos municipios gallegos, Cesuras y Oza dos ríos. Por cierto, la primera decisión que toma el alcalde es colocarse un sueldo de 2.800 euros netos, tres veces lo que percibía hasta esa fecha. Cuando le contaron a María Antonieta que el pueblo se estaba revolucionando porque no tenían pan para comer, ella respondió que comieran pasteles, en una frase inmortal que muestra bien a las claras hasta qué punto las prebendas del poder nublan el juicio de los responsables públicos. Sabemos cómo terminó la gracieta de Maria Antonieta. A nuestra historia la falta el punto final pero no podemos dejar que lo escriban estos pedazos de alcornoques que hemos colocado en las principales instituciones del país. 

9 de diciembre de 2013

¡A por ellos!

Ha publicado el periódico ABC este fin de semana que Coalición Canaria ha iniciado una campaña en contra de la compañía Binter por su monopolio en el mercado aéreo interinsular. No son pocos los medios que tiene el gobierno a su alcance cuando decide ir a por alguien, bien sea una empresa o un particular, como bien sabe la propia Binter, la refinería de Cepsa o el grupo de comunicación El Día. Al poder le gusta la gente obediente, las empresas sumisas y que no generen problemas. Y si esto no ocurre, comienza una voraz persecución que casi nunca termina bien para los damnificados. El poder omnímodo del que gozan nuestros gobernantes, sin apenas límites y secundados por una sociedad que se traga cualquier propaganda que les señale el enemigo a odiar, por lo general una empresa monopólica, o una cuya actividad pueda provocar externalidades o una que se dedique sistemáticamente a criticar a un gobierno, que previamente se arroga una supremacía moral al proclamar que ellos representan el bien común y la crítica que se hace es bastarda, mal intencionada o contraria a ese ideal armónico que pretenden hacernos pasar por óptimo un gobierno de Rivero como si fuésemos una masa aborregada en la que todos nos hemos convertido en clones de Barragán o Marrero. 

No es conveniente descartar que consigan algunos de estos objetivos. La refinería de Cepsa está cada vez más cerca de irse, pero no de Santa Cruz, sino de la isla en un ejercicio de irresponsabilidad que tiene nombre y apellidos y cuyas consecuencias no serán solo económicas, sino de imagen exterior al mandar una señal clara sobre el respeto que aquí se reconoce a la propiedad privada, pues eso y no otra cosa es lo que está en juego. Una refinería que se irá, terrenos que quedarán liberados y sobre ellos caerán los de siempre, como si no tuviésemos pruebas claras hasta la fecha de su insaciable apetito urbanístico por razones claramente definidas. 

Binter Canarias es la empresa a cobrarse en estos momentos por diversos motivos muy llamativos. Contrariamente a lo que cuenta el Gobierno, no es su carácter monopólico lo que irrita a los nacionalistas sino lo respondona que ha salido. Primero, al observar las trampas presuntas que se cometían por parte de un operador íntimamente vinculado con el presidente Rivero, presentaron una denuncia para que se investigase si era correcto su proceder. Esto trajo consigo la apertura de expedientes, la paralización del cobro de subvenciones y una penalización al conjunto de los canarios en forma de exigencia del certificado de residencia para viajar (y la cerrazón absurda de la ministra Pastor). Todo por el comportamiento irresponsable del empresario de cabecera de Rivero, el ínclito Miguel Concepción. Islas Arways está fuera de mercado, no por las prácticas de Binter, sino por la impericia de quienes creen que se pueden y deben hacer negocios a la sombra del poder, siendo señalados para recibir subvenciones de toda naturaleza- las administraciones regalaban el dinero para promoción turística, esa fenomenal engañifa con la que se excusa todo- y que encima deciden usar de forma artera las subvenciones. 

Por si fuera poco, si Binter Canarias es un monopolio se puede deber a varias razones. Por ejemplo, que sea como consecuencia de un servicio que los canarios valoramos y premiamos. Esto es, puede que no sea un problema y que ese monopolio le haya sido otorgado por nosotros, los clientes. Para saber si esto es así, el mercado debería estar lo suficientemente abierto para que mañana puedan incorporarse nuevos operadores aéreos dispuestos a competir por los varios millones de pasajeros que durante el año nos movemos entre las Islas, un mercado que está lejos de ser residual y sí un magnifico negocio por el que competir… si se dan las condiciones. 

El problema es que existen unas obligaciones de servicio público que establecen el número de frecuencias y vuelos a las que están las compañías obligadas, fijando al tiempo un rango de precios mínimos y máximos, sobre el que opera la subvención que recibimos los pasajeros, no las compañías, por volar entre islas. Todo regulado, ojo. Con un incentivo tan poderoso, primero, las compañías que no están implantadas en las Islas observan empresarialmente que Binter tiene una fuerza no desdeñable, con un conocimiento del mercado que vale su peso en oro, como ha demostrado superando todos los obstáculos en forma de competencia que le han ido colocando en los últimos 20 años, incluso cuando venían apadrinados por el mismísimo Rivero. Segundo, si existe un rango de precio máximo y mínimo, y una subvención que supone la mitad del precio del billete, lo normal es que el operador se aproxime al precio máximo más que el precio mínimo pues carecen de incentivos para ello. Como siempre, la burocracia puede crear problemas no tan alejados de los que pretendía resolver. 

Si el Gobierno quiere acabar con los monopolios lo tiene a su alcance: que hagan desaparecer las subvenciones, las obligaciones de servicio público y permita que el mercado sea quien decida cuántas compañías pueden operar entre islas. Y llegado ese momento, podremos saber incluso a qué destinos se puede viajar, para evitar ridículos como el del Cabildo de Tenerife cuando arremetió contra Binter por no colocar vuelos directos entre la Isla y algunos destinos africanos, alegando la compañía que no existía mercado para ello. La respuesta institucional fue promover la aparición de nuevos operadores que ahora llevan sus vuelos vacíos a Marruecos (en noviembre de 2013, la ocupación es del 29% y ha dejado ya de operar de forma directa entre Tenerife y Casablanca, dándole la razón a Binter). Todo un éxito de planificación burocrática que no desalentará a estos manirrotos en futuras campañas de acoso y derribo a las empresas privadas que no son de su agrado.

26 de noviembre de 2013

Luis I. Gómez

Luis I. Gómez no había sido nunca entrevistado en La Gaveta. Solo eso ya hacía interesante la entrevista pero es que encima presenta un trabajo científico de primer nivel que hace que uno se sienta orgulloso de compartir tantas cosas con él.




Así que recomendamos el audio del programa donde explica la naturaleza del proyecto y solo resta volver a felicitar al amigo por sus éxitos.

25 de noviembre de 2013

Ir para nada

(Comentario en la Gaveta, 25-11-2013)

Harto de hacer el ridículo en Canarias, Paulino Rivero se ha ido a Madrid para repetir, punto por punto, todas las cosas que publica semanalmente en su muy aclamado blog. Uno se pregunta si esa gente que acude a estos desayunos en la capital del reino no tienen mejor cosa que hacer que atender a las simplonerías del presidente de Canarias. Claro que entre la claqué que le acompaña, empresarios con intereses en las Islas que entendieron hace tiempo qué significa exactamente acompañar al poder político y aspirantes a entrar en la lotería del 2015, quizás el éxito de público sea algo menor del que presumen con tanto entusiasmo. Quizás habría resultado mejor y más barato invitar a desayunar a los mismos asistentes en Canarias y evitarse el viaje. 

Las mismas majaderías de un presidente agotado y agotador, sin capacidad para reaccionar y añadir algo de enjundia al debate político nacional aunque quizá esto está muy por encima de lo que de él se puede esperar. Así que ha vuelto a decir que hay que reformar la Constitución, ir hacia un Estado Federal pero asimétrico, esto es, que no todos somos iguales y nosotros debemos tener un trato diferenciado. En lenguaje presidencial, somos unos pobres desgraciados que precisamos de muletas permanentes vía recursos públicos para que ellos puedan, desde el gobierno, seguir premiando y castigando a sectores enteros o empresarios particulares. Quizás habría sido un buen sitio en el que reclamar la importancia de nuestro REF, con el que conseguir estatus propio y territorio diferenciado por su clima de libertad comercial, impuestos bajos y facilidad para hacer negocios. Puestos a ser únicos, eso sí que sería una apuesta importante pero, seamos sinceros, para eso se necesita un talento y osadía del que carece este gobierno. 

Así que tiró esta mañana en ese hotel de postín de viejas leyendas o no tan viejas. Que niegue el petróleo no es nuevo; que lo haga desde una defensa de un turismo potente que hay que apuntalar o activar el sector de la construcción si se quiere absorber en los próximos cinco años la mano de obra de más, tampoco es excesivamente novedoso aunque depende de la generosidad de cada oyente de la Gaveta. Al principio de sus impagable, sobre todo impagable, gestión, Rivero dijo que Canarias necesitaba más talento y menos cemento, lógica que no  ha aplicado a su gobierno. Ni a él mismo, capaz como ha sido de denunciar hoy que las prospecciones petrolíferas son una prueba de maltrato colonial, pues le vale que algunas instituciones que ellos mismos gobiernan muestren su desacuerdo para que el Gobierno de Madrid tenga la obligación de cejar en su empeño, en pos de un trato digno. Resulta asunto menor que las competencias estén precisamente allí y no en manos de mequetrefes con ínfulas de líderes mundiales. Rivero también ha recordado que el petróleo es una actividad coyuntural que empieza y termina con un enriquecimiento de unos pocos, sin dejar de denunciar lo que considera una amenaza del presidente de REPSOL. Brufau ha dicho que se llevaría el proyecto de la empresa a Marruecos si aquí no le dejan efectuarlo, lo que deja al presidente canario en la incómoda posición de la gata de Flora: Cuando se la meten chilla y cuando se la sacan llora, con perdón. 

Como se ve las mismas tonterías sobre las que escribía ayer en su blog, señalando un futuro idílico donde las energías son renovables aventurando que las energías fósiles están condenadas a desaparecer a la vuelta de la esquina. Lo que, es obvio, no ocurrirá en esos plazos inmediatos porque vemos a diario el descubrimiento de yacimientos, una mejor forma de extraerlo con menores riesgos, precios y a profundidades cada día superiores. O el shale gas que a algunos países le ha permitido rebajar su dependencia del carbón y aumentar la producción de una energía mucho menos contaminante. Mientras, en España se destina más dinero a subvencionar energías limpias que a la educación superior, mostrando el lado más caro y claro de lo que se pretende. Más dinero es más poder; esto solo se traduce en más política. Y ese y no otro es el sentido de toda la matraquilla que estamos viviendo. Por un lado, petróleo, donde el gobierno de Rivero no  puede meter la cuchara y apenas tiene que ser escuchado. Por el otro, uno donde puede fijar capacidades, ubicaciones, primas… ¿Capisci?

Sin embargo, no le ha faltado valentía para denunciar que el PP patrocina a un periódico independentista en indubitable referencia al diario El Día. ¿Qué datos aporta de que eso  sea así? Como casi siempre, ninguno. Posiblemente porque carezca de ellos pero sobre todo, porque si los tuviese quizás no podría enseñarlos, pues parece evidente a estas alturas que el Gobierno de Rivero ha usado todos los medios a su alcance para tratar de hacer quebrar a ese periódico centenario, con el que se podrá estar de acuerdo o no, pero nada puede justificar que toda una maquinaria coactiva infinita trabaje con el fin último de hacerlo cerrar. Todo un recital de Rivero esta mañana que está siendo ya jaleado en sus altavoces de cabecera. 


Por cierto, el telonero estuvo sensacional. Admitamos que su hipótesis de susto o muerte como elemento de juicio de la clase política no deja mucho margen para elegir. Casi nos saldría mejor optar por muerte

19 de noviembre de 2013

Mal presidente en pésimo momento

Comentario en La gaveta del día 19 de noviembre de 2013

Solemos repetir en este programa que Paulino Rivero es un pésimo presidente de Gobierno en un momento especialmente malo de la economía de las Islas. En cualquier otro momento, empero, quizás sus errores podrían ser resarcidos sin un daño excesivo pero da la sensación que su capacidad destructiva está muy por encima a la de cualquier drone equipado con una cabeza nuclear. Uno de esos aviones no tripulados con los que el premio Nobel de la Paz, el Sr. Obama aniquila enemigos sin arriesgar la vida de sus soldados, seleccionando objetivos a los que masacrar en un ejercicio de amor por la paz enormemente paradójico. Algo parecido a lo que hace Rivero, pues todas las decisiones que ahora toma, tienen un coste desorbitado que no pagará él o su familia, sino nosotros y las nuestras. Por eso se mueve con absoluta impunidad, sabedor de que si acierta (improbable), podrá aspirar a la reelección y si se equivoca, podrá disfrutar del mucho dinero ganado con la política en su chalet de El Sauzal. Nada que no hubiese conseguido con su profesión original, la de maestro de escuela. Tiene solo un problema: como la política tiene una lógica que en nada se parece a la de la gente normal, las principales zancadillas para que no pueda repetir se las ponen en su propio partido, otros insensatos que no pagarán precio alguno por esta sucesión de temeridades. 

Sería reiterativo señalar como el punto de mayor locura paulina su obsesiva negación a los sondeos petrolíferos, una batalla idiota por el objeto de la misma y por su imposibilidad. Si no ocurre nada extraño, en un año las catas se habrán efectuado y sabremos con todo detalle la cantidad y la calidad de petróleo. Sería una lástima que para todos estos indigentes intelectuales, fuese un alivio que no se encontrase nada. Algunos creen que parte de la oposición paulina se basa en un conflicto de competencias, que no quiere que sea el estado quién tome una  decisión de esa naturaleza, con perdón. Si algo caracteriza al nacionalismo garbancero que aquí padecemos es su capacidad de meter las narices y la mano en cualquier asunto que valga la pena. Otra explicación plausible es que, en buena lid, considera que el petróleo no tiene ninguna ventaja y solo inconvenientes, que solo él y sus palmeros de cabeceras son capaces de observarlo. Esto le llevaría a la situación en la que nos encontramos, empeñado en paralizar los sondeos porque una vez se sepa de la existencia del otrora conocido -y no por casualidad- como Oro Negro, poco podría hacer para convencer a los canarios no funcionarios ni militantes de su partido, de su no extracción. Y hay una tercera explicación más pinturera, emparentada con ese discurso excesivo, tramposo y manoseado del desapego. Quizás le han convencido de que si unos mueven el árbol otros recogerán las nueces, por lo que en un futuro siendo las islas un país independiente, un petróleo abundante podría sufragar la aventura. Como se ve, un sinsentido donde el interés de los canarios en paro, en exclusión social o en riesgo de tal, es obviado de manera pornográfica. 

Pero esa irresponsabilidad se observa en otros capítulos, igualmente peligrosos. Ayer supimos que Canarias es la tercera región de España donde más crece el empleo público en el último año. En su conjunto, este país ha descendido en igual periodo de tiempo un 4,3% sus empleados públicos. Se entiende así que la decisión de cara al próximo presupuesto sea la aumentar el gasto, no rebajarlo, subir la deuda y no bajarnos los impuestos. Esa creación de empleo público tienen el cinismo de llamarla políticas sociales, algo solo al alcance de estas maravillosas testas que nos llevan directamente al despeñadero. 

Esta idea de crear empleo con dinero público es una tontería de manual, porque ni son necesarios ni se crean para mejorar una sola faceta de los servicios públicos. Son empleos de recompensa, gente a la que poder pedir luego la devolución del favor vía voto. Quien sostenga que son trabajadores que consumirán y esto favorecerá la economía, ruego se plantee los fundamentos de ese argumento, que se pregunte si es posible crear riqueza de una destrucción previa. Esa bobería keynesiana pasa por alto que ahora deben endeudarse para abonar los salarios, lo que se convertirán en futuros impuestos. No hay desarrollo manteniendo a un número determinados de trabajadores cavando y cerrando la misma zanja, para pagarles una nómina que necesita de altos impuestos para ser pagada. Con el añadido que estas decisiones inciden en un problema al que no se le quiere poner coto. El tamaño de la administración, con unos costes inaceptables y generador de una burocracia capaz de capar la ilusión de cualquier aventurero empresarial o espantar al inversor más temerario.

Apenas la mitad del personal público es funcionario de carrera. El resto ha sido designado por los muchos vericuetos que todos estos parásitos han ido horadando en la reglamentación. Empleados sin más preparación que la lealtad perruna al que manda y de los que nada podemos esperar. Trabajadores que, al contrario de lo que ocurre en los países civilizados, gozan de unos salarios que casi duplican los que perciben sus pares en la empresa privada, aunque cabría conceder que esto ocurre por la enorme distorsión que generan altos cargos, de confianza y demás sanguijuelas enchufadas e integrantes de una casta que nos arruina a una velocidad de vértigo. 


Por eso y por otras cosas, Rivero es un pésimo presidente en el peor momento de nuestra historia. 

17 de noviembre de 2013

Sobre huelgas y basuras

Comentario en La Gaveta, 13 de Noviembre de 2013

Las 9 de la mañana y el profesor que enseña inglés a un grupo de alumnos entra en clase con evidente cara de disgusto. Considera que es un buen sitio por donde comenzar ese día y narra la causa de su desdicha. ‘Esta mañana se me ha olvidado sacar la basura y ahora no podré hacerlo hasta la semana que viene, siete días con la basura en casa. Mi mujer se ha enfadado mucho’. Todo ello en perfecto inglés, claro, que es no plan de ponerse a traducir a esta hora de la tarde. El asunto es tan real como lo es el hecho de que no fue en España, sino en Boston. Uno descubre cosas interesantísimas cuando viaja, razón por la que nuestros parásitos no paran la pata. Otra cosa es la aplicación de ese conocimiento nuevo. Sí, la basura en la muy civilizada capital de Massachusetts, se recoge una vez a la semana y dependiendo del barrio donde se viva, esto solo pasaba el martes o miércoles. Obviamente a nadie se le ocurre sacarla a destiempo porque no solo se expone a una multa considerable, sino al rechazo del resto de vecinos. !Qué cosas! Es lo que tiene la educación. Podría pensarse que es una excepción, que a fin de cuentas eso no es posible en otros lugares del planeta. Sin embargo esto no es cierto; se compadece mal con la realidad pues observamos, sorprendentemente, que en la mayoría de países avanzados los servicios de recogidas de basuras no tienen una frecuencia periódica tan extrema como la nuestra. En Austria, Luxemburgo, Suecia, Finlandia, Bélgica y zonas de Alemania, la recogida es quincenal. En Italia, Países Bajos, Reino Unido o Irlanda, una vez a la semana. En Portugal, Grecia y España, diario. Podría hacerse una relación causal entre recogida de basura y quiebra de los países pero no se merecen ustedes que insulte así su inteligencia por más que los países más afectados por la crisis tengan establecido una recogida diaria de residuos. Pero ese mismo respeto intelectual merecemos todos los que estamos escuchando a diario que la solución a los problemas generados por la huelga de la limpieza en Madrid es la gestión directa por parte de los Ayuntamientos. Memeces propias de un país donde siempre se busca la solución en la causa del mal. Pase lo que pase, siempre habrá un político y periodista mirando a ver qué hace el gobierno para resolver el problema y generar una nueva polémica con la que entretener a sus seguidores. El asunto de fondo resulta más interesante. En una España de difícil convivencia ciudadana, es más sencillo hacer esto que establecer un solo día de recogida y que la gente lo cumpla. No hay más que ver como existen horarios para sacar las basuras a la calle que son sistemáticamente incumplidos por ciudadanos que votan y que no se enfrentan a sanción alguna, por cobardía política en el caso de una acción legal o porque en este país pretender una sanción moral de alguien sirve solo para ser inmediatamente calificado de facha. Pero nadie explica porqué debemos pagar un precio elevado por las basuras, subcontratar empresas a las que premiar con impresionantes contratas que implican un nivel de empleados elevados para satisfacer un servicio que podría ser prestado de forma más barata, eficiente y que genere menos problemas. Ese es el fondo del asunto y no si la gestión la debe hacer la administración directamente -con los reconocidos éxitos que pueden mostrar en favor del argumento-. País sin mesura, que peca por exceso siempre, da lo mismo que sea con aeropuertos, trenes, aves, auditorios o basuras; nunca nos quedamos cortos aunque la deuda que vayamos acumulando sea sencillamente impagable. Por exceso y por interés bastardo, las empresas concesionarios son las más grandes, aquellas que financian a su vez a los partidos políticos y a las que recurren los alcaldes para que les coloquen a conmilitones, financien fiestas locales y encarguen trabajitos de prensa a algún asesor que ahora no se le puede colocar en otro sitio. Nauseabundo, más sabiendo que los fondos con los que pagar esos excesos salen también, bueno fuera, de nuestros estragados bolsillos.

Luego está el otro asunto relevante; la capacidad coactiva de ciertos sindicatos para paralizar un país, con compartimientos temerarios como el de esparcir ellos mismos las basuras por toda la ciudad sin que esto tenga repercusión alguna. O frenar el sector turístico como pretenden hacer en Canarias con una huelga que se anuncia para plena campaña de Navidad, por una negociación laboral que restará una categoría profesional con la que se muestran en desacuerdo los sindicatos. Lo extraño es que todavía no pongamos el cartel de cerrado a España, porque aun siendo cierto que tendríamos más razones para hacerlo por motivos económicos, la quiebra moral es todavía peor y más grave. De las crisis económicas se sale, no por los gobiernos sino pese a ellos; de la otra no y cada día que pasa es una nueva oportunidad perdida para comenzar a cambiar

15 de noviembre de 2013

Locura sin (aparente) vuelta atrás


Comentario en la Gaveta, 15 de noviembre de 2013

Son casi las diez de la noche del jueves, en el día en que Brufau, presidente de Repsol está por Canarias y afirma, con total lucidez que lo que ocurre en Canarias con el petróleo no pasa en ningún otro lugar del mundo. Suena un mensaje en el móvil enviado por un dirigente de Coalición Canaria. Dice ‘Algunos otros lugares donde tampoco quieren prospecciones petrolíferas: Ecuador (zona Yasuni)-, Kenia (zona norte), Brasil (Valle del Javar), Bolivia (Parque Nacional Aguaragüe)'. El mensaje muestra, sin duda, que los nacionalistas han encajado el golpe y que rápidamente han tocado la corneta para que, vía argumentario, salgan en tropel en defensa de esa idiotez que llevan manteniendo hace tiempo. Pero no solo son los nervios; también muestra una miseria moral e intelectual de la que debemos tomar nota. Alguien debería reparar en los países que pretenden poner como ejemplo para defender su contumaz posición. En Ecuador y Bolivia gobiernan Rafael Correa y Evo Morales, respectivamente, dos tipos pertenecientes a la misma cuadra equina de Chávez y Maduro. Kenia tiene un ingreso per cápita de apenas 1.500 dólares y la corrupción campa a sus anchas. Todo muy alentador e indicador de donde quiere colocarnos Rivero y sus compinches. El caso de Brasil es también curioso porque ignoro si es cierto el argumento pero lo que sí es conocido es el acuerdo reciente para nuevas exploraciones en el Presal y  para lo que que han formalizado un acuerdo con la empresa Petrobas (40%), Shell (20%), Total (20%) y Petrochina ( 20%). En ese escenario, no solo son unos mentirosos sencillamente inaguantables, también unos analfabetos que creen viven en la época en que estas cosas no eran tan fácilmente verificables. Si todo lo anterior no fuese ya suficientemente inquietante, Rivero hizo manifestaciones en la tarde de ayer en las que llega a decir que Brufau 'con sus declaraciones y su presencia en el Archipiélago ha ofendido a Canarias y a los canarios gravamente y quiere tomarnos el pelo en nuestra propia tierra, aunque no va a conseguirlo'. Este mal educado que tenemos por presidente desbarra, por varias razones y no es la menor el que, siendo consejero -también- de turismo, afirme que alguien ofende por venir a las islas. Lo que nos lleva a pensar que solo son bienvenidos aquellos que estén dispuestos a rendir pleitesía a este incapaz, como si todas las islas estuviesen llenas de barraganes o floras marrero que hacen la ola por donde quiera que pase el ilustre vecino de El Sauzal. Es algo inaceptable en cualquier caso, mucho más en alguien que ostenta la presidencia regional, aunque sea fruto de uno de esos pactos de güisky y leche de los que están llenos la política de las Islas. Tampoco es menor esa pobre defensa argumental del comportamiento colonial de Repsol, a la que acusa de esquilmar recursos. Inaguantable, más sabiendo que el modelo empresarial de éste hombre es el de su amigo Miguel Concepción, a lo que se ve, con mucha más conciencia con su entorno y al que debemos más progreso que a cualquier empresa que venga de fuera. No obstante, ayer subrayaba Rivero, el insigne, que los canarios no queremos hipotecar nuestro futuro a cambio de los beneficios empresariales de una multinacional. Llegados a este punto, no se sabe bien si el presidente es más un problema por las ideas que tiene -parece contradecir una opinión generalizada en torno a su intrínseca incapacidad para tener una sola idea- o por esta descortesía para con empresas que quieren invertir en Canarias, por más que no necesiten de la autorización de esta panda de salteadores de caminos que tenemos en el Gobierno. Descortesía de la que pueden tomar nota otras multinacionales que quizás podrían fijar su atención en las Islas si considerasen que van a ser bien tratadas o al menos, no hostigadas como sistemáticamente hace este perdedor que sufrimos en el Gobierno desde hace la friolera de seis años. 


En su comunicado de ayer, también señala que el Gobierno de Canarias, el Parlamento, los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, los ayuntamientos de esas dos islas y la sociedad canaria estamos en contra de esta multinacional. Hay un problema grave de representación, y se hace necesario aclarar que esa pretendida unidad de pensamiento no es tal, que las pruebas para esa afirmación son similares a las que tendríamos en este programa si estableciésemos que toda la sociedad canaria considera a Rivero un zote y un incompetente. No se puede verificar y si uno escucha a Flora Marrero o la diputada de la tarea de su hijo en horario de parlamento, creerá que está errada. Así que, para evitar futuras afirmaciones similares, ruego al Sr. Rivero me excluya de su totalitaria afirmación, harto como andamos de que confunda la parte con el todo, que su idea crea que es la idea de los canarios en su conjunto. No, no me representa y no le autorizo a  hablar en mi nombre. Bastante hago pagando el sueldo a semejante panda de memos. Y por cierto, tardando está en pedir disculpas al Sr. Brufau. Si no lo hace, otros tendremos que hacerlas llegar para mantener intacta la idea de que los canarios seguimos siendo afables y acogedores con el visitante. 

8 de octubre de 2013

Control a las Universidades Privadas

La verdad es que apenas nos pueden hacer gracia las continuadas cancaburradas de nuestra muy bien pagada clase política. Los humoristas deberían estar muy preocupados, pues la competencia de toda esta caterva de privilegiados comedores de mariscos sí que es desleal al tener a su disposición el puñetero Boletín Oficial. 

No recuperados de esa muestra descarnada de sentido del humor hecha por el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, el Sr. Cardona, quien no tuvo reparo en viajar hasta Rabat en Marruecos para ‘compartir buenas prácticas para la gobernanza que pueden exportarse a los países de África’. Llamativo resulta que estos cosas se hagan en medio de la situación que estamos viviendo, con la credibilidad y honorabilidad de los políticos -todos- a la altura del betún, según volvió a acreditar el Centro de Investigaciones Sociológicas en su último trabajo conocido ayer. Peor, si se quiere, es el papel de los africanos, que no solo deben aguantar la excursión de todos estos vividores, si no que encima deberán soportar estoicamente que los consideren unos pobres incapaces que precisan de la ayuda del hombre blanco para aprender a gobernar bien y con buenas prácticas. ¡Impagable!

Ahora sale un nuevo personaje, encantado de la vida por haberse conocido y que a la postre es el Director General de Universidades de la Consejería de Educación, un tal Carlos Guitián. La criatura cree conveniente poner en marcha una nueva normativa que ‘sirva para tener un control público de lo que se hace en el campo educativo en las Universidades Privadas’. Existe una norma estatal que data del año 1991 que regula las titulaciones, contenidos y proceso a la hora de poner en marcha una universidad de este tipo. Por tanto, el Gobierno de Canarias solo puede -y esto es lo que le pone-  ejercer un cierto control informativo sobre las titulaciones y alumnado ‘como la que cada año proporcionan las universidades públicas en su memoria de actividad’. 

Oportuno resulta recordar lo que suele hacer el Gobierno de Canarias con cuantas cosas coloca en el ámbito de sus responsabilidades. No es un modelo de eficacia y transparencia, por ejemplo, la propia Universidad de La Laguna que sale mal parada en un estudio reciente sobre la información que facilita en su página web, siendo considerada por la web autora del informe, compromisoytransparencia.com, como opaca. ¿Pretende este señor que las universidades privadas aporten una información que hasta la fecha no están obligadas y que no le es requerida con la misma saña a las universidades públicas? Es conveniente subrayar que las universidades privadas deben responder ante sus accionistas mientras que las públicas usan recursos que nos son extraídos por la fuerza al conjunto de los ciudadanos. 


Añadan dos circunstancias no menores: por un lado, esa fe que parece profesar en la ley este dirigente socialista del PSOE, para quien cualquier problema puede dejar de serlo solo con la acción benemérita del poder político. Y por otra, el mundo de la enseñanza superior está cambiando a una velocidad absolutamente impresionante. Hoy es posible encontrar cursos por un coste ridículo en las mejores universidades del mundo, que permiten recibir la formación vía on line. Negar esta evidencia, poner más obstáculos a la instalación de futuros centros de enseñanzas es una temeridad que, efectivamente, solo puede estar al alcance de esta panda de cabestros que nos dirigen.



7 de octubre de 2013

Ha nacido una estrella

El titular periodístico no podía ser más llamativo: ‘Astor pide separar la justicia de la política’. Astor Landete, Joaquín es el nuevo presidente de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife y el viernes inauguraba el año judicial con estas sorprendentes declaraciones. Sorprendentes, aunque no por escuchar esa propuesta hecha para no ser cumplida, sino porque se lanzó por un despeñadero donde todo lo que dijo fue político. Es miembro de Jueces para la Democracia, lo que quizás explique su locuacidad y el objeto de su acerado punto de vista. Criticó la Ley de Tasas, la escasez de medios, avivó el pleito insular señalando la disparidad en el número de juzgados de lo Social existentes en ambas provincias o puso en el frontispicio de sus quejas las carencias de personal o disminución de sus emolumentos. Todo ello, faltaría más, en nombre de los ciudadanos, a los que atribuye una mentalidad única con capacidad para exigir una concepción plural del Consejo General del Poder Judicial, ese órgano de gobierno de los jueces absolutamente, también, desacreditado en nuestro país. 

Fuera de esos asuntos discutibles, también tuvo referencias curiosas. Por ejemplo, afirmar que los bancos tienen la obligación, cuanto menos moral, de devolver el dinero, volviendo a darle a su discurso un desagradable tono político que excede con mucho sus limitadas capacidades y obligaciones. Toma partido al afirmar que ‘los empresarios se dedicaron a construir, construir y destruir la costa’ cuando esto apenas tiene un pase, pues con el poder que tienen los políticos a la hora de ordenar los usos del suelo, aquellos no pueden construir donde les plazca, apenas donde les dejen en las condiciones que son fijadas por el arbitrario poder político. Bien pensado, debería haber hecho un pronunciamento más severo contra alcaldes y concejales de urbanismo que han permitido la construcción en zonas no habilitadas para ello a cambio de un miserable puñado de votos. Se equivoca y lo hace también cuando no tiene empacho en proclamar que 'el turismo aprovecha las leyes favorables y no piensa en cuántos parados hay'. Es preocupante que alguien que ocupa un lugar tan preeminente en la judicatura como éste sujeto pueda hacer consideraciones de tal guisa. Es complicado averiguar qué es lo que le molesta exactamente, si la ley, los parados, los empresarios... Pero su único cometido -y no es menor- es garantizar que la ley no pueda ser violentada, no que los ciudadanos apuren la misma es beneficio propio. Que un juez o magistrado muestre turbación porque las empresas aprovechen las leyes para obtener determinados fines es algo verdaderamente inquietante. Alguien así bien que podría ser capaz de retorcer la interpretación de la norma hasta conseguir una condena, aunque sea moral, que es lo que parece pretender. 


En fin, el Sr. Astor llega para darnos  a todos grandes momentos de gloria. No parece que vaya a ser por sus conocimientos jurídicos, su trayectoria o su impecable interpretación del derecho. Más bien da la impresión que ha nacido otro nuevo juez estrella, plaga que está lejos de remitir. Pero en su presentación en sociedad ha dado ya claras muestras de hasta dónde está dispuesto a llegar y que sus prejuicios son mucho mayores que sus conocimientos. Mal estreno

2 de octubre de 2013

Casinos públicos en proceso de privatzación

Carlos Alonso, ya como presidente del Cabildo, ha anunciado una medida verdaderamente audaz. No porque no haya sido largamente solicitada por algunos quijotes locales ni porque no esté emparentada con el sentido común más elemental. Sencillamente porque corrige un desatino de años, uno de esos hechos inexplicables que se han ido traspasando de administración en administración. La institución insular que preside estudiará la privatización de los tres Casinos que en la Isla hay y que son propiedad pública en su integridad. Cierto es que habrá de esperarse para confirmar que existe un interés comprador porque, desgraciadamente, la simple manifestación de una intención no hace que aparezcan como por ensalmo empresarios entusiastas con la idea. Pero es un primer paso, un gran paso que debe tener su continuidad con la sucesiva privatización del impresionante holding empresarial que atesora el Cabildo Insular de Tenerife y su asfixiante presencia en sectores diversos como los hoteles, las imprentas, los campos de golf, las fábricas de yogur o las queserías. Soltar lastre que permita, también, disminuir la enorme deuda que dejó tras de sí quien ha sido presentando en las últimas semanas como una especia de guía espiritual empeñado en conseguir evitar que nos despeñáramos por los precipicios a los que nos conducíamos en el supuesto de no contar con su presencia beatífica y benemérita: Ricardo Melchior. 

Conviene preguntarse si la privatización de los Casinos habría sido posible de seguir aquel en la presidencia del Cabildo y cabe especular con la respuesta negativa: Melchior, en su infinita arrogancia, jamás consideró usos y medios distintos a los suyos, entendiendo que nada podría superar a la gestión pública de los recursos puestos a su disposición. Alonso, ungido nuevo presidente, ha dado un paso al frente que muestra osadía y reivindicación de su propio liderazgo, mereciendo el reconocimiento si en adelante su misión consiste en rebajar el tamaño y el peso que el Cabildo tiene en la economía insular. Tal cosa no ocurrirá, pues no hay político que de manera voluntaria decida disminuir el tamaño de su influencia. Si Alonso ha decidido privatizar los Casinos es por razones contingentes, por sus continuadas pérdidas, por la consabida incapacidad del sector público para hacer funcionar nada y hasta por sus propias declaraciones, pues considera que 'con el dinero fruto de la venta podrá atender otras necesidades sociales'. No son razones ideológicas, que duda cabe, pero ojalá la aventura salga bien para que pueda sentar el necesario precedente. 


Margen tiene; su formación y conocimientos no son despreciables, inusuales incluso entre sus compañeros de corporación y partido; Su deseo de mantener una hoja de ruta propia, una presidencia caracterizada por los aciertos sin caer en los permanentes ejercicios de soberbia de su antecesor, quizás lo ayuden, casi tanto como la distancia que pueda poner con el propio Melchior por más que tenga la sensación de deuda personal con quien fuera su mentor. Pero es mucho lo que está en juego, dotarnos de una institución que sea ágil y permita ayudar sin participar en sacar grandes proyectos adelante. La privatización de los Casinos es un primer gran paso; su liberalización total debería ser al tiempo. Quizás así podamos volver a tener un atractivo inversor que necesitamos como el respirar

1 de octubre de 2013

Seguimos mejorando

El Gobierno de Canarias plantea en ocasiones dudas razonables sobre si está integrado por incompetentes o por desalmados a la par que imprudentes. ¿Qué otra cosa, si no, se puede decir de una panda de zascandiles que niegan que conozcamos los datos sobre cuánto cuesta que veamos el fútbol de los equipos canarios de la segunda división a través de ese aparato de propaganda gubernamental que es la televisión autonómica? El asunto no tiene desperdicio pues la oposición pregunta en el Parlamento y el Gobierno replica que no facilitará ese dato porque vulneraría un pacto de confidencialidad suscrito en contrato con la empresa propietaria de los derechos televisivos, Mediapro. Hay que tener un gran cinismo para debatir, criticar, impugnar o proponer leyes de transparencia de la administración y ofrecer esta mendaz explicación sin ponerse siquiera colorado. 

Cabria preguntarse hasta dónde está obligado el gobierno a guardar silencio en un contrato de éste tipo y a quién defiende obrando de tal guisa. En el Parlamento existe una comisión de control sobre la RTVC, que deberá conocer lo que ahora se niega. Pero las propias condiciones de contratación deberían ser públicas y disponibles para el acceso de cualquier ciudadano. Así que, si al final se sabe, lo que hace el gobierno es una especialidad marca de la casa, patadón para delante. Y dan pábulo a los rumores, lo que se traduce en que se empieza a escuchar que el talón extendido para poder ver a los colosos canarios del fútbol patrio estaría en el entorno de entre los tres y cuatro millones de euros, cantidades vergonzosas en cualquier caso pero que en las condiciones actuales resultan incendiarias. 

Quizás, en un ataque de lucidez, han pensado en el Gobierno de Rivero que conocer las cantidades pagadas es un exceso que será mejor ocultar porque no están los tiempos para estos caprichos. Si es así, más le vale a este derrochador gobierno mantener en tinieblas a la opinión pública porque sería un escándalo inadmisible cuando hay gente pasando miserias que no pueden ser compensadas vía televisión y fútbol, métodos ensayados con éxito por la dictadura de Franco, esa que tan cara le resulta a Rivero. Estas cosas no pueden seguir sucediendo, no puede ser que sigamos permitiendo que los gobiernos identifiquen grupos de votantes a los que comprar con el dinero que previamente sacan de nuestros bolsillos. Que, encima, pretendan ocultar los importes o que se pasen por el forro de los caprichos principios básicos de buenas prácticas o de rendición de cuentas, algo que resultaría intolerable en cualquier democracia más o menos avanzada. No se puede permitir, sin más, que se mantengan estos privilegios de casta, con unos impuestos nórdicos y servicios tercermundistas mientras intentan mantener narcotizados a unos espectadores futbolísticos que, es seguro, desaprobarían que les sigan reduciendo servicios básicos a cambio de ver las evoluciones del equipo de sus amores.

Todavía resuena el esperpento de un gobierno de Rivero, entonces en minoría, que decretó que un partido de rivalidad entre el CD. Tenerife y la UD. Las Palmas habría de ser considerado de interés general porque se tenía que 'atender las especiales circunstancias de insularidad y dispersión poblacional que concurren en Canarias, y que el hecho insular supone un claro handicap para acudir al recinto de juego como espectadores directos’


Y es que no paramos de mejorar

¿Billetes caros?

La última entrada en el blog de Paulino Rivero propone un tema interesante pese a que no aporta apenas novedad. Si acaso, uno observa que la reiteración de argumentos y las amenazas dejan de tener efecto y que, incluso, titulares aparentemente llamativos pasan o deberían pasar desapercibidos. ¿Cuántas veces ha señalado el presidente que Canarias es un asunto de Estado? Ayer volvió con la tonta letanía aunque mucho más sectorizada; ahora es Fomento quien tiene en Canarias un asunto de Estado. Resulta cansino porque en la lógica paulina, los aciertos son mérito suyo y si algo no funciona, la inquina del gobierno de Madrid lo explica. 

Pero ayer se quejaba de la pérdida de plazas áreas -tres millones desde el año 2008- entre Canarias y la península. Lamenta la inacción del ministerio a quien pide una urgente reacción. Cree, sin razón, que hoy no es solo más caro viajar a la península sino más complicado, lo que desmiente rápidamente cualquier búsqueda en internet sin demasiado refinamiento. Un viaje para hoy buscado ayer y regreso mañana se puede encontrar por 158 € y con un mes vista para las mismas fechas, 65 €. Para el próximo puente del día de todos los santos, en horarios que permitan disfrutar del largo fin de semana, unos 180 €. Obviamente hay plazas para todas esas fechas con lo que no podrá argumentarse que los vuelos no existen. Debemos suponer que las empresas operadoras ajustan sus rutas a la demanda existente y si no hay más, los vuelos serán los que satisfagan las necesidades de los clientes existentes, no los que supone, en su infinita sabiduría, el Sr. Rivero. Y da la sensación de que en estos momentos, más que aviones, lo que faltan son pasajeros.

En lo que respecta al precio habrán de hacerse dos consideraciones esenciales. El valor es subjetivo y unos podremos considerar que 160 euros por un vuelo que necesitamos en este momento, a bordo de una aeronave que cuesta varias decenas de millones de euros y que nos transporta a 2500 kilómetros de nuestro lugar de origen es adecuado, mientras que otros usuarios considerarán caro el mismo aunque no tengan elementos de comparación para hacerlo. Cierto es que en el pasado se podrían incluso encontrar billetes más baratos pero por una distorsión en el mercado generada por las propias administraciones públicas y que Rivero lamenta haya desaparecido: Spanair, una empresa propiedad de un consorcio público que abarataba artificialmente las tarifas hasta límites que supusieron la ruina de la empresa y el atraco a los contribuyentes. Pero esto no debería ser considerado el ejemplo de las conexiones que necesitamos, sino una interferencia del uso y gusto de nuestros gobernantes. 


Y existe otra causa que explica la naturaleza artificial de la conformación del precio en el billete aéreo: las subvenciones al pasajero por nuestra condición de residente, algo que distorsiona los precios por la creación de un incentivo perverso para las propias compañías, que ganan más cuánto más caros sean los billetes sin que el usuario final sea consciente de ello, no obstante, el 50% del precio total lo paga el Ministerio de Fomento. Haría bien en pensar Rivero si la solución a nuestros problemas pasan por aumentar la gestión de los políticos en estos asuntos esenciales o, como diría Ortega, será ‘el retorno a la causa del trastorno’

El Bolero de Ravel

Lo bueno que tiene que el mundo se aplanó es que te vas unos días y tienes sensación de no perder mucho el hilo. La globalización o la capacidad que tienen nuestros políticos para interpretar el bolero de Ravel hasta que terminas detestando la música. Sí, el bolero de Ravel, esa pieza inmortal en que se va repitiendo la misma melodía solo cambiando el instrumento musical. Está por ver si no desconectar del todo es una gran noticia, a fin de cuentas, si uno se va unos días -por más que sea a trabajar- lo menos que puede hacer es intentar dejar atrás esta aburrida cotidianidad. 

Dos son los temas en lo que se ha lucido nuestro impagable, sobre todo impagable, presidente. De un lado, este chusco capítulo de la hora de Canarias, donde nuestro también consejero de Turismo, el incansable Rivero, quiere que, llegado el caso de que en la península adopten nuestro mismo horario, inmediatamente nosotros variaremos el nuestro para no perder lo que considera un elemento esencial y gratuito de nuestra promoción turística: cada informativo de radio acompaña la hora y el célebre latiguillo de una hora menos en Canarias. Con independencia de la importancia que esto último tenga en la captación turística o el refuerzo de marca del Archipiélago, e incluso, de si nosotros tenemos el horario de acuerdo a nuestro huso y de la respuesta sorprendente y tonta de Soria, lo peor viene a ser la idea de que las horas se cambian a capricho, que nada puede parar la determinación de un líder máximo cuando algo se le mete en la cabeza. El tiempo, ese bien preciado y escaso por definición, el que ordena todas nuestras acciones y establece cualquier preferencia que podamos tener, se medirá también en función de los caprichos de estos desarrapados ignorantes que pretenden que nada quede fuera de su alcance. Cuando alguien nos pregunte en la calle qué hora es, siempre podremos decir que la que quiera Paulino. Aunque, si de verdad quisiera ser original, siempre le quedará la posibilidad de hacer como Hugo Chávez, quien en 2007 modificó a capricho el horario del país en media hora, pasando de menos cuatro horas a menos cuatro horas y media con respecto al meridiano de Greenwich. O mejor todavía, un minuto menos que en la península para tortura de los locutores de radio nacionales y mantener tan extraordinaria promoción turística. 

El otro gran asunto que afecta a Rivero y su gobierno tiene que ver con el intento torticero de engañar a la gente de bien que queda en las Islas, gente de bien que no puede encontrarse en un gabinete tan tramposo como el que encabeza el Sr. de El Sauzal. Se sacan de la manga un informe científico sobre la incidencia de las prospecciones petrolíferas en las Islas orientales del Archipiélago y lo atribuyen a la Unesco, como si en todo caso esto constituyese un argumento de autoridad incuestionable. Pero la realidad es tozuda, y el programa ‘El hombre y la biosfera’ elabora muchos informes, algunos de los cuales llegan a la Unesco y otros siquiera son tomados en consideración. Tal es así, que incluso la Presidenta del Comité Científico de este programa, y ex consejera de Industria con el propio Rivero, Marisa Tejedor, admitió ayer que la Unesco no sabe nada del asunto. 


Ya sabíamos que son un desastre como gobierno: ahora ya tenemos claro que encima son unos mentirosos que no van a reparar en medios con tal de conseguir su fin. Y sí, también son un peligro

16 de septiembre de 2013

Ricardo Melchior

Parecía imposible pero por fin se ha hecho realidad. Ricardo Melchior deja la presidencia del Cabildo de Tenerife y con él 26 años de trayectoria política en la misma institución, primero bajo la presidencia de Adán Martín como consejero y luego ya como presidente desde el año 1999. Es tanto tiempo que, sin duda, habrá en su balance cosas buenas y malas. Llamativo resulta ese empeño insultante que ha mostrado por dar entrevistas y hablar más de política que de legado. Se va en un momento poco agradable, no solo para la política y los políticos, sino también para una corporación que se queda con una deuda colosal por los caprichos faraónicos de Melchior. Quizás esa sea una de sus características más notables: Una conciencia de patricio al que la isla debe reconocimiento y agradecimiento porque antes que él nada hubo y los cimientos del futuro se pusieron en estos últimos largos 14 años. Un Melchior que no ha digerido nada bien sus derrotas electorales o no conseguir mayoría absoluta en el cabildo, algo que no atribuye al juicio sereno de los electores, sino a la  ignorancia o mala fe de quienes osaban cuestionarle. 

A pesar de sus definiciones ideológicas, Melchior habría disfrutado de cargo y honores en cualquier economía planificada centralmente. Si algo se le metía en la cabeza, nada podría detenerle, siquiera el buen juicio de quienes le han acompañado en su trayectoria política. Así contamos con obras fruto de su megalomanía, como el tranvía y suerte tenemos si conseguimos evitar el tren de levitación magnética que un día anunció metidos ya en tiempos de crisis. Obras que afirma sin rubor que son necesarias y rentables; si se le cuestiona por los datos, entonces, lleno de una ira que sonroja su cara, afirma que quien le pregunta es un ignorante o un malintencionado Sabemos bien de su proceder y sufrido en carne propia. Intentamos, no obstante, que esos capítulos pasados no nublen el juicio más aproximado a la gestión de Melchior. Una presidencia que amplío hasta límites más allá de lo tolerable y razonable el papel del Cabildo en la economía insular, no siendo extraño que proclamara con un tonto orgullo que es la primera empresa de la Isla. Por supuesto que hay que negar la mayor, porque no es una empresa ya que aquella se orienta hacia los beneficios mientras que el entramado de Melchior ha estado dirigido a perpetuarse en el cargo (él y los suyos), y expandir su poder y clientela. Es el presidente de Teisol, las queserías, los hoteles y campos de golf, las artesanías, los casinos o las litografías, hasta el punto en que la propia intervención del Cabildo tuvo que advertir que contaba ya con más empresas que muchas comunidades autónomas uniprovinciales, tal ha sido la voracidad de Melchior y sus cuates. No, no ha sido un buen presidente; se va y deja tras de sí un montón de facturas por pagar pero lo peor es que anuncia que deja la presidencia pero no la política, como si advirtiese una ascendencia en la sociedad de la que carece pues entre sus propios compañeros causó siempre más temor que respeto.


Se va; lo hace con su propio estilo, designando a dedo a su sucesor levantando ampollas entre sus compañeros de partido. Pero Carlos Alonso no es Melchior y en sus manos está demostrar cuánta autonomía será capaz de disponer. Puede ser un buen presidente pero está íntimamente ligada tal opción a la distancia que ponga con los modos y actuaciones de su predecesor.

13 de septiembre de 2013

REF

Ayer se produjo uno de esos encuentros que, periodísticamente, suelen ser considerados históricos. Aunque solo sea por la falta de precedentes, quizás lo fue. Lo cierto es que se encontraron en Tenerife las dos patronales canarias, la CEOE de nuestra provincia con la Confederación Canaria de Empresarios de Las Palmas de Gran Canaria. Hicieron un repaso a los temas que las Islas tienen pendientes y, quizás, lo más inquietante para los gobernantes, es que dieron muestra de unidad en algunos asuntos puntuales.

Se quejaron de la ausencia de inversión pública, el incremento de la presión fiscal, las cargas burocráticas y de hasta la modernización turística. Puede que no en todo les asista la razón, más si lo que buscan son privilegios para empresarios anquilosados que solo han sabido avanzar en épocas de cemento y aeropuertos a ningún sitio. Pero en general, su diagnóstico coincide con el de otras muchas personas que observan como la ansiada recuperación se demora más de lo normal por culpa de unas administraciones metomentodo guiadas por completos incompetentes. 

Sin embargo, hubo dos puntos que requieren de subrayado. Por un lado, su referencia a la compatibilidad entre petróleo y turismo apelando a la inteligencia del Gobierno para que encuentre el modo en que lo sea. Cierto es que esperar algo de la inteligencia de unos gobernantes está solo al alcance de gente con fe, pero ahí queda el pronunciamiento. 


Más grave es el asunto de la reforma del Régimen Económico y Fiscal. Un documento imprescindible para conseguir dar la vuelta como un calcetín al Archipiélago si aquí hubiese valentía suficiente para afrontarlo. No terminar cada sugerencia que se pueda hacer con un lacónico, resignado y un poco idiota ‘Bruselas eso no lo aceptará’ cuando sabemos, por experiencias de años, que de Europa hemos conseguido casi cualquier cosa que se ha intentado, por imposible que pareciera. El REF que negocian Canarias y Madrid con carácter previo solo lo conocen los políticos más directamente concernidos, sin que el resto de la humanidad sea capaz siquiera de intuir por donde van los tiros. Se sabe que se intentan bonificaciones por contratación a residentes y algunas cosas más que son del interés de los políticos. Porque he ahí una de las claves. El REF que se intuye está sobre una base tonta llena de generalidades que se aprobó en el Parlamento hace un tiempo por unos diputados que jamás se han desempeñado por cuenta propia, trabajando toda su vida como personal subalterno. Esto ya sería razón suficiente para desconfiar sobre la naturaleza del documento a aprobar. Pero es que encima, Paulino Rivero, en su muy aclamado blog, escribía el pasado domingo que quiere ‘un nuevo REF que recoja todas nuestras aspiraciones y al que han de incorporarse mecanismos de financiación que garanticen la inversión estatal, incluso ante los tribunales’. Su única preocupación, como deja continuamente en evidencia, es la financiación e inversión pública porque el proyecto político de Rivero y su gabinete es prolongar la agonía de un Archipiélago cada vez más subsidiado, dependiente y pobre. Porque a eso nos lleva más política en órdenes cada vez más extensos y hacia eso avanzamos inexorablemente. Y una buena muestra de ello es la queja ayer de los empresarios, exigiendo mayor transparencia y participación en la negociación. Y si las negociaciones no avanzan entre Madrid y Canarias, bueno sería saber hasta qué punto está influyendo los permanentes rifirrafes y enemistad manifiesta entre ambos gabinetes. 

Señoras y señores, a un lado la política; al otro los sufridos paganinis, es decir, usted y yo

12 de septiembre de 2013

Errores, no irregularidades

Si no fuera porque estamos mal acostumbrados, la intervención en el Parlamento del consejero de Economía, Hacienda y Seguridad, Javier González Ortíz engrosaría desde ya la antología del disparate. Según el consejero, el director general de la Televisión Canaria no merece sanción alguna porque lo que ha encontrado la Audiencia de Cuentas son solo errores y no irregularidades. Entiende González que de existir estas últimas, la propia audiencia habría actuado de oficio y puesto en manos de la fiscalía anticorrupción la documentación. Incluso asumiendo la tesis como válida, anticipando lo que pueda ocurrir en el futuro, resulta decepcionante ese posicionamiento gubernamental que dejaría sin sanción posible los errores que cometen los responsables políticos. Este es el asunto central de la intervención de González. Si no existe irregularidad, nada más hay que hablar, porque los errores serían un asunto meramente tangencial y subjetivo, donde con una simple petición de disculpas puede quedar zanjado. 

Por supuesto que remueve las entrañas escuchar estos pronunciamientos, porque quienes nos movemos en el ámbito de lo privado estamos cada día jugándonos nuestro futuro sobre el alambre de nuestras responsabilidades. Equilibrios complejos que minimicen la comisión de errores porque cuando no tenemos un primo de Zumosol que venga a defendernos, aquellos puedan terminar por dar al traste con nuestra trayectoria, prestigio y desempeño. Ya vemos donde coloca el Gobierno el listón de sus capacidades; si no hay ningún ilícito, entonces nada hay que objetarse y el trabajo podrá seguir siendo desempeñado sin apenas contratiempos. Resulta muy tentador hacer una caricatura para plantear que solo así se puede entender el funcionamiento de este gabinete de Rivero... y de los anteriores. Todos a una en una defensa numantina de su acción de gobierno, poniendo de manifiesto esa solidaridad no competitiva tan repugnante. 

Claro que -podría ser- los oyentes se plantearan si no es acaso un error lo que cometió Willy García y que de forma inclemente y despiadada está siendo masacrado por la oposición. Un error podría ser informar hasta en tres programas distintos de la apertura de una céntrica tienda de moda donde trabaja la señora esposa del director general de la TV. Pero lo que dice el informe de la Audiencia de Cuentas para el periodo  2007-2011 es que los contratos que se firmaron no se ajustaron a criterios de eficacia, eficiencia y economía, que el 77% de las contrataciones no fuesen acordes con la objetividad y transparencia a la que está obligado como empresa pública. En total, unos 264 millones de euros que fueron adjudicados de esa forma, señalando el propio informe lo inusual de los poderes plenipotenciarios del director general. El PP ahora se rasga las vestiduras pero en su momento, y tras prometer lo único sensato que se puede hacer con las televisiones públicas que es su cierre, no solo compartió mesa y mantel con los elegidos sino que debe asumir su parte de responsabilidad al permitir todo aquel dislate que no pudo no haber sabido. Si consintieron, no vale ahora alegar indignación. 

264 Millones de euros son considerados por Ortíz un error. Si son error, no puede existir responsabilidad y si no existe responsabilidad solo quedar callar y pagar, que es lo que hacemos siempre los que asistimos atónitos a estas demostraciones impúdicas de cara dura en grado extremo. 


El único error cierto fue haber creado ese monstruo enorme y caprichoso. Sin ella no nos habríamos perdido gran cosa y quizás nos habríamos ahorrado un pastizal que terminó, como siempre, en las manos de los de siempre. Y es que como dice Juan del Castillo, ‘aquí no hace falta un monumento al soldado desconocido porque, la verdad, es que nos conocemos todos’

11 de septiembre de 2013

Reforma del Estatuto

Hay sesión en el Parlamento pero el precio del pan sigue igual... pese a la importancia que se da nuestra bien pagada y ociosa clase política. Lo malo, con todo, es observar que de entre los 60 diputados apenas hay intervenciones dignas de mención. O comprobar como teníamos 60 diputados en 2007 y terminaremos la crisis con los mismos 60, porque esa reforma estatutaria que prevé Paulino Rivero como solución a todos los males de Canarias no pasa por la disolución de la Cámara Regional, es que ni siquiera se plantean una reducción del número de gandules que allí sientan sus dignas posaderas. El actual estatuto contempla que serán entre 50 y 70, por lo que en un archipiélago de equilibrios tan frágiles como el nuestro, la única opción posible era 60. Baleares anunció ayer una reducción en su número de parlamentarios, lo mismo han hecho o estudian otras comunidades autónomas pero no es algo que deba considerarse en Canarias, a tenor de lo que piensan nuestros dirigentes, que no representantes. 

Un Parlamento soso y aburrido con gente hablando de problemas de ellos, con espectáculos primorosos como cuando ayer discutían sobre quién tiene más sensibilidad social. Sensibilidad social, claro está, que no es sino en qué se gasta el dinero que previamente han extraído por la fuerza de muchas personas a las que luego pretenden ayudar. Porque esta es, en esencia, la lógica política en Canarias. El Gobierno nos arruina por diversas vías y luego pretende presentarse como la solución al problema prometiendo ayudas y subvenciones por doquier que, ni tiene, ni puede, ni debe dar. Por eso esta mañana decía Rivero en el Parlamento que con los 800 millones de euros que Madrid debe a la Comunidad Autónoma no tendría su gobierno que endeudarse. Resulta que, como siempre, oculta que el actual sistema de financiación es fruto de su negociación en aquellos no tan lejanos tiempos en que estaba a partir con un piñón con quien fuera intergaláctico presidente español, Rodríguez Zapatero. Sin embargo, los problemas de Canarias no están allí, nunca lo han estado, sino en la panda de irresponsables que llevan a la quiebra nuestra existencia. Una Comunidad autónoma que crece exponencialmente, ganando competencias que gestiona a trompicones colocando todos nuestros servicios a la cola de España, ya sea empleo, sanidad o educación. Por eso resulta irritante que, en una nueva patada hacia delante, Rivero plantee ahora que la solución está en conseguir nuevas competencias, hacerlo ya y en sectores que considera estratégicos, como si tuviese una sola prueba de que su gestión en materias como las señaladas avalaran tal pretensión. 


No saldremos de aquí con más gobierno; es preciso que sea con menos para no volver a las andadas más pronto que tarde. Es imperativo que se limite el alcance dañino de los políticos, que su gestión pueda ser sobre menos cosas, que quite sus sucias manos de nuestras carteras y vidas como práctica solución a los problemas que nos afligen. Paulino Rivero es un mal presidente; es, además, un mal presidente en un pésimo momento. Pero no cabe duda que el daño causado habría sido infinitamente menor si su poder hubiera sido inferior al que ha dispuesto durante todo este tiempo. Sin entrar en consideraciones sobre la legitimidad de un presidente que lo ha sido dos veces sin haber ganado unas solas elecciones o la división de su partido que no lo quiere, tal fue lo que ayer le dijo públicamente Ricardo Melchior. Y la pregunta obligada es, ¿si no es del gusto de un partido al que votan 223 mil canarios, por qué habría de serlo de los más de millón y medio que estaban en el censo en 2011? 

10 de septiembre de 2013

Invertir 19 millones en Canarias

Publicaba ayer el periódico El Economista algo que deja muy mal parada a esta comunidad autónoma, lo que no constituye novedad alguna puesto que hacemos méritos suficientes para ello. Explica ese diario económico que Mercadona invertirá 19 millones de euros en dos supermercados en Lanzarote tras 10 años de espera. Luego vendrá Paulino Rivero a decir que quiere impulsar una mayor agilidad burocrática para que la administración no entorpezca nuevas inversiones de las que estamos huérfanos. Pero pensemos un poco más allá; Mercadona es una empresa instalada en casi toda España, que ofrece unos precios bajos por productos alimenticios que son muy apreciados por sus clientes, así lo demuestran sus formidables cifras de negocio, máxime en esta época de crisis. Su actividad no tiene apenas impacto ambiental, no es insalubre, ni ruidosa ni molesta. Su personal está satisfecho y su convenio laboral es la envidia de mucha gente, no solo de quiénes no tienen trabajo. Salarios por encima de la media, descanso en festivo y otros beneficios que han hecho de la compañía una de las más apreciadas del país. Así que sus clientes se benefician de los precios bajos, sus proveedores tienen a quién venderle, su trabajadores están satisfechos... 

Fijan su objetivo en una isla que hasta ese momento se caracteriza por unos precios de la compra extraordinariamente elevados y unos productores locales que se benefician de numerosas ayudas europeas que le son dadas para que hagan lo contrario de lo que vienen haciendo, esto es, reducir la factura que tienen que pagar los conejeros por la alimentación. Cabe preguntarse qué demonios puede pasar para que un empresario tarde 10 años (6 de crisis brutal) para poder invertir en Canarias 19 millones de euros. La respuesta es tan sencilla como inquietante. Por un lado, una legislación dañina que obliga a cuidar mucho las dimensiones de los nuevos supermercados, porque pasada cierta cantidad de metros cuadrados de superficie de venta la licencia específica se tiene que solicitar al Gobierno Regional y comenzar un calvario burocrático que parece no terminar nunca. Esa cantidad es arbitraria y establece qué administración otorga qué licencia, por más que al final debas lidiar con todas para una cosa y la contraria, o la misma pedida por duplicado, tal es el disparate en que se ha convertido toda la normativa regional. Todo esto en tiempos de la directiva Bolkenstein.


Lidl pudo entrar en su momento por una sentencia judicial; Mercadona lo hace ahora agotando los plazos que la administración le ha ido imponiendo para permitirle abrir. La misma administración que ha venido velando por los intereses de empresarios ineficientes que viven de las subvenciones que han ido consiguiendo unos políticos solícitos con los menos competitivos y no hay que ser muy malpensado para entender qué clases de motivaciones puede haber detrás, con aquellos sujetos recurriendo al poder político puesto que son incapaces de confiar en sus habilidades empresariales. A nadie se le escapa que según la elección del establecimiento de compra, se puede ahorrar una familia de cuatro miembros hasta 2.000 euros al año. Multipliquen esa cantidad por los 10 años que le ha costado a Mercadona entrar en Lanzarote y tendrán bien claro el efecto carísimo de la intervención política en Canarias. 20.000 € de renta familiar que habrían podido tener usos distintos al único que permitió el gobierno en su ceguera intencionada. Y sí, esa es también una deuda que tiene el Gobierno con los ciudadanos y que, de igual modo, es impagable

9 de septiembre de 2013

Discursos para militantes

Hace mal el PP riéndose o burlándose sistemáticamente del blog de Paulino Rivero. Es cierto que, en ocasiones, las entradas que sus asesores le escriben llevan a la rechifla y el cachondeo, que lo que pretende, con esa solemnidad con la que acompaña cada ocurrencia, no tiene mayor recorrido en el debate político. Tiene una tendencia natural a la repetición y establecer, con tono firme y decidido, que lo que ahora considera urgente lo es sin más discusión. Ahora le ha entrado prisas con la reforma del Estatuto de Autonomía; lo considera prioritario para salir de la crisis, cuando ya lleva casi seis años larguísimos como presidente. Y como él lo piensa, estima que debe ser imperativo para todos los canarios con sentimientos o que queramos esta tierra, tal terminaba su entrada en el blog de ayer. Pretende explicar en ese texto las razones de su fe. Nos sacará de pobres tener nuevas competencias en  materias estratégicas como puertos y aeropuertos, telecomunicaciones, costas, comercio y sanidad exterior, como si contar con competencias exclusivas en sanidad, educaciónlas políticas activas de empleo no hubiese dado una exacta medida de la capacidad de gestión de Rivero y sus socios, unos antaño -los del PP- y otros hogaño -los del PSC-. En realidad, lo que interesa a Rivero es aumentar hasta más allá de lo razonable su capacidad de intermediación o dominio en áreas que pueden moverse sin pasar por sus manos. Por eso llama la atención que en su idea de reforma estatutaria pase casi de puntillas sobre el nuevo Régimen Económico y Fiscal -aplazada su negociación un año- y solo para hacer hincapié en lo único que le interesa: la financiación estatal debe quedar garantizada, incluso ante los tribunales. Porque en la cabeza del presidente Rivero solo existe una idea y se repite machaconamente. Hay que aumentar la capacidad de gestión, gasto y competencias de su gobierno como único remedio a los males que nos asuelan. ¡Da miedo!


El PP no debe reírse de Rivero por el blog. En realidad, si Rivero tuviese un partido y no solo a Flora Marrero y José Miguel Barragán, estas cosas las podría decir al estilo Montoro, el Ministro de Hacienda, quien compareció ante una entregada y babeante militancia, amorfa ideológicamente, para decir ‘paulinadas’. Con ese tono chulesco e irritante a partes iguales, Montoro ha tenido los santos pedruscos de decir que ‘España rompe los pronósticos por su rápida recuperación económica’, ‘que marchamos a velocidad de crucero’ o que ‘nos estamos financiando en unas condiciones inéditas’. Nada que pueda acreditar en serio pero esto hace ya mucho tiempo que dejó de tener importancia en el país. Pero Montoro habla de velocidad de crucero y el crecimiento no termina por verse mientras otros países de la UE crecen ya a más altas tasas. Deben ser los mismos países que nos miran con asombro. Tampoco es inédita la financiación porque que en los años 2009 y 2010 lo hacíamos a tipos de interés más bajos. Sería deseable un poco de respeto para el conjunto de los ciudadanos, que nos traten mejor que a las aborregadas militancias de los partidos capaces de comulgar con ruedas de molino en pos de la visa para un sueño, esa que les llegará en forma de cargo en las próximas elecciones. El discurso político lo aguanta todo pero, por favor, a los que seguimos pagando la fiesta que no nos comparen con sus militantes. Sería una cuestión de detalle.

6 de septiembre de 2013

Irresponsabilidad

Hay que ser muy José Miguel Barragán o Flora Marrero para defender las actuaciones de Paulino Rivero al frente del Gobierno regional. Es un acto de fe que requiere de militancia de años por más que la realidad se empeñe en desmentir el aserto. Los que no somos ni Barragán ni Marrero solo acertamos a lamentar que Rivero sea un pésimo presidente en el peor momento posible. Claro que, desde algunas plataformas mediáticas con un enorme sesgo ideológico, consideran que las Islas se han convertido en el paradigma de la eficacia, en el ejemplo que la España continental mira asombrada. Y concluye, que esto es solo posible por la presencia del PSOE en el ejecutivo autonómico. Es claro que todo esto se da de patadas con lo que ocurre pero suceden dos cosas que ayudan a mantener la ficción. Una es que es posible que se de un mejora en las condiciones económicas del archipiélago, no tanto por el Gobierno sino pese a él. Haber tocado fondo parece causa suficiente para que el mariachi del gobierno saque pecho por más que los daños en la estructura sean más que notables. ¿Hay algún mérito en haber superado cifras de desempleo propias de una economía de guerra, con unas décimas por encima de la que tiene Macedonia y un poco por debajo de la que tiene Afghanistan? ¿Lo hay sin que el gobierno se diese por aludido y decidiese rebajar su asfixiante presencia en todos los órdenes de la economía y de la sociedad? Porque pese a lo que dicen sus defensores el Gobierno de Canarias no ha dejado de gastar y, esto es más subjetivo, encima lo ha hecho mal. Su presupuesto para 2013 es casi igual que el que tenía en 2007, con varias subidas de impuestos incluidas. Y los canarios tenemos en este momento más o menos el nivel de renta del que disponíamos en 2005. Por tanto, es evidente que el gobierno habla mucho y se ajusta poco mientras que los ciudadanos y empresas, hablamos poco y nos ajustamos mucho, no sin antes ser sometidos a un proceso de empobrecimiento con subidas de impuestos que han servido para mantener intactas las estructuras de dominación que están en manos de los gobiernos, tales como policía autonómica, Tv y demás aparatos de propaganda, tanto públicas como las dóciles y caras privadas. 


La segunda razón es que Rivero se ha empeñado en hacer política de baja estofa y costes relativamente magros. Así ha decidido que su gobierno no secundará al central en políticas de becas y que quien reúna las condiciones económicas para recibirlas contarán con ella aunque su nota sea de un cinco y no de un 6,5 como exigirán en otras universidades. Se entiende esa solidaridad personal de Rivero con la mediocridad pero estaría bien que alguna vez intentarán casar su política con la responsabilidad, vinculando lo que se ofrece, el dinero de todos nosotros, a terceros con resultados contrastables porque no puede haber recompensa para quien no la merece. Claro que esto es mucho pedir para quien es presidente sin haber ganado ninguna elección en dos legislaturas consecutivas. 

Su gobierno no es solo torpe y malo; es irresponsable y quien con más probabilidad puede amenazar la mejoría que auguran algunos centros de estudios y que se basan en dos premisas de partida: de todas las crisis se sale, incluso pese a los gobiernos, y que la mejora de las condiciones turísticas de éste 2013 podrán empujar en la dirección correcta.