Ayer se produjo uno de esos encuentros que, periodísticamente, suelen ser considerados históricos. Aunque solo sea por la falta de precedentes, quizás lo fue. Lo cierto es que se encontraron en Tenerife las dos patronales canarias, la CEOE de nuestra provincia con la Confederación Canaria de Empresarios de Las Palmas de Gran Canaria. Hicieron un repaso a los temas que las Islas tienen pendientes y, quizás, lo más inquietante para los gobernantes, es que dieron muestra de unidad en algunos asuntos puntuales.
Se quejaron de la ausencia de inversión pública, el incremento de la presión fiscal, las cargas burocráticas y de hasta la modernización turística. Puede que no en todo les asista la razón, más si lo que buscan son privilegios para empresarios anquilosados que solo han sabido avanzar en épocas de cemento y aeropuertos a ningún sitio. Pero en general, su diagnóstico coincide con el de otras muchas personas que observan como la ansiada recuperación se demora más de lo normal por culpa de unas administraciones metomentodo guiadas por completos incompetentes.
Sin embargo, hubo dos puntos que requieren de subrayado. Por un lado, su referencia a la compatibilidad entre petróleo y turismo apelando a la inteligencia del Gobierno para que encuentre el modo en que lo sea. Cierto es que esperar algo de la inteligencia de unos gobernantes está solo al alcance de gente con fe, pero ahí queda el pronunciamiento.
Más grave es el asunto de la reforma del Régimen Económico y Fiscal. Un documento imprescindible para conseguir dar la vuelta como un calcetín al Archipiélago si aquí hubiese valentía suficiente para afrontarlo. No terminar cada sugerencia que se pueda hacer con un lacónico, resignado y un poco idiota ‘Bruselas eso no lo aceptará’ cuando sabemos, por experiencias de años, que de Europa hemos conseguido casi cualquier cosa que se ha intentado, por imposible que pareciera. El REF que negocian Canarias y Madrid con carácter previo solo lo conocen los políticos más directamente concernidos, sin que el resto de la humanidad sea capaz siquiera de intuir por donde van los tiros. Se sabe que se intentan bonificaciones por contratación a residentes y algunas cosas más que son del interés de los políticos. Porque he ahí una de las claves. El REF que se intuye está sobre una base tonta llena de generalidades que se aprobó en el Parlamento hace un tiempo por unos diputados que jamás se han desempeñado por cuenta propia, trabajando toda su vida como personal subalterno. Esto ya sería razón suficiente para desconfiar sobre la naturaleza del documento a aprobar. Pero es que encima, Paulino Rivero, en su muy aclamado blog, escribía el pasado domingo que quiere ‘un nuevo REF que recoja todas nuestras aspiraciones y al que han de incorporarse mecanismos de financiación que garanticen la inversión estatal, incluso ante los tribunales’. Su única preocupación, como deja continuamente en evidencia, es la financiación e inversión pública porque el proyecto político de Rivero y su gabinete es prolongar la agonía de un Archipiélago cada vez más subsidiado, dependiente y pobre. Porque a eso nos lleva más política en órdenes cada vez más extensos y hacia eso avanzamos inexorablemente. Y una buena muestra de ello es la queja ayer de los empresarios, exigiendo mayor transparencia y participación en la negociación. Y si las negociaciones no avanzan entre Madrid y Canarias, bueno sería saber hasta qué punto está influyendo los permanentes rifirrafes y enemistad manifiesta entre ambos gabinetes.
Señoras y señores, a un lado la política; al otro los sufridos paganinis, es decir, usted y yo
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