Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



25 de noviembre de 2013

Ir para nada

(Comentario en la Gaveta, 25-11-2013)

Harto de hacer el ridículo en Canarias, Paulino Rivero se ha ido a Madrid para repetir, punto por punto, todas las cosas que publica semanalmente en su muy aclamado blog. Uno se pregunta si esa gente que acude a estos desayunos en la capital del reino no tienen mejor cosa que hacer que atender a las simplonerías del presidente de Canarias. Claro que entre la claqué que le acompaña, empresarios con intereses en las Islas que entendieron hace tiempo qué significa exactamente acompañar al poder político y aspirantes a entrar en la lotería del 2015, quizás el éxito de público sea algo menor del que presumen con tanto entusiasmo. Quizás habría resultado mejor y más barato invitar a desayunar a los mismos asistentes en Canarias y evitarse el viaje. 

Las mismas majaderías de un presidente agotado y agotador, sin capacidad para reaccionar y añadir algo de enjundia al debate político nacional aunque quizá esto está muy por encima de lo que de él se puede esperar. Así que ha vuelto a decir que hay que reformar la Constitución, ir hacia un Estado Federal pero asimétrico, esto es, que no todos somos iguales y nosotros debemos tener un trato diferenciado. En lenguaje presidencial, somos unos pobres desgraciados que precisamos de muletas permanentes vía recursos públicos para que ellos puedan, desde el gobierno, seguir premiando y castigando a sectores enteros o empresarios particulares. Quizás habría sido un buen sitio en el que reclamar la importancia de nuestro REF, con el que conseguir estatus propio y territorio diferenciado por su clima de libertad comercial, impuestos bajos y facilidad para hacer negocios. Puestos a ser únicos, eso sí que sería una apuesta importante pero, seamos sinceros, para eso se necesita un talento y osadía del que carece este gobierno. 

Así que tiró esta mañana en ese hotel de postín de viejas leyendas o no tan viejas. Que niegue el petróleo no es nuevo; que lo haga desde una defensa de un turismo potente que hay que apuntalar o activar el sector de la construcción si se quiere absorber en los próximos cinco años la mano de obra de más, tampoco es excesivamente novedoso aunque depende de la generosidad de cada oyente de la Gaveta. Al principio de sus impagable, sobre todo impagable, gestión, Rivero dijo que Canarias necesitaba más talento y menos cemento, lógica que no  ha aplicado a su gobierno. Ni a él mismo, capaz como ha sido de denunciar hoy que las prospecciones petrolíferas son una prueba de maltrato colonial, pues le vale que algunas instituciones que ellos mismos gobiernan muestren su desacuerdo para que el Gobierno de Madrid tenga la obligación de cejar en su empeño, en pos de un trato digno. Resulta asunto menor que las competencias estén precisamente allí y no en manos de mequetrefes con ínfulas de líderes mundiales. Rivero también ha recordado que el petróleo es una actividad coyuntural que empieza y termina con un enriquecimiento de unos pocos, sin dejar de denunciar lo que considera una amenaza del presidente de REPSOL. Brufau ha dicho que se llevaría el proyecto de la empresa a Marruecos si aquí no le dejan efectuarlo, lo que deja al presidente canario en la incómoda posición de la gata de Flora: Cuando se la meten chilla y cuando se la sacan llora, con perdón. 

Como se ve las mismas tonterías sobre las que escribía ayer en su blog, señalando un futuro idílico donde las energías son renovables aventurando que las energías fósiles están condenadas a desaparecer a la vuelta de la esquina. Lo que, es obvio, no ocurrirá en esos plazos inmediatos porque vemos a diario el descubrimiento de yacimientos, una mejor forma de extraerlo con menores riesgos, precios y a profundidades cada día superiores. O el shale gas que a algunos países le ha permitido rebajar su dependencia del carbón y aumentar la producción de una energía mucho menos contaminante. Mientras, en España se destina más dinero a subvencionar energías limpias que a la educación superior, mostrando el lado más caro y claro de lo que se pretende. Más dinero es más poder; esto solo se traduce en más política. Y ese y no otro es el sentido de toda la matraquilla que estamos viviendo. Por un lado, petróleo, donde el gobierno de Rivero no  puede meter la cuchara y apenas tiene que ser escuchado. Por el otro, uno donde puede fijar capacidades, ubicaciones, primas… ¿Capisci?

Sin embargo, no le ha faltado valentía para denunciar que el PP patrocina a un periódico independentista en indubitable referencia al diario El Día. ¿Qué datos aporta de que eso  sea así? Como casi siempre, ninguno. Posiblemente porque carezca de ellos pero sobre todo, porque si los tuviese quizás no podría enseñarlos, pues parece evidente a estas alturas que el Gobierno de Rivero ha usado todos los medios a su alcance para tratar de hacer quebrar a ese periódico centenario, con el que se podrá estar de acuerdo o no, pero nada puede justificar que toda una maquinaria coactiva infinita trabaje con el fin último de hacerlo cerrar. Todo un recital de Rivero esta mañana que está siendo ya jaleado en sus altavoces de cabecera. 


Por cierto, el telonero estuvo sensacional. Admitamos que su hipótesis de susto o muerte como elemento de juicio de la clase política no deja mucho margen para elegir. Casi nos saldría mejor optar por muerte

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