Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



29 de mayo de 2012

Objetivo: nuestra ruina



Impertinencias liberales
Antonio Salazar
Objetivo: Nuestra ruina


El Gobierno de Canarias impide un hotel de cinco estrellas en el Sur de Gran Canaria y el consejero Berriel pide cordura a los perjudicados. En realidad se la debería exigir a los 600 empleados que no encontrarán trabajo en esa nueva infraestructura turística del Grupo Lopesan. 18 millones de euros que se dejan de invertir y los políticos lo explican por unas normas que ellos mismos aprueban en el parlamento. Nadie resta legitimidad a nuestra cámara de leyes pero sí sería correcto cuestionar cómo se llega a este punto. Entre los 60 parlamentarios, ¿Cuántos de ellos han trabajado en el sector turístico?¿Quiénes han creado alguna empresa turística —en realidad, la pregunta es igualmente válida para cualquier otro tipo de empresa—? Tenemos un problema porque el poder político se ha ido expandiendo hasta cotas absolutamente insoportables, poniendo en serio riesgo el futuro económico de nuestro Archipiélago.

¿Por qué es posible abortar un proyecto como éste? Sencillo, porque pueden. Tienen todo el poder coactivo en sus manos y no son excepcionales los cambios de norma para otorgarse aun más poder con el que intervenir en nuestras vidas. Hoy es un hotel de 200 camas de cinco estrellas, 18 millones de inversión y 600 puestos de trabajo. ¿La excusa? que tendría que ser de Gran Lujo para que encaje con unas leyes que son tan rígidas por razones sencillas de imaginar. Item más, si el gobierno quiere establecimientos de Gran Lujo, soluciones tiene a su alcance; Berriel puede aprovechar su singular acceso a los subvenciones y con otros como él, arriesgar ese dinero como mejor le convenga, siempre que no pretenda decirle a los hoteleros qué tipo de establecimiento satisface mejor la demanda de clientes y empresarios. 

Recientemente unos touroperadores pedían mejores establecimientos de tres estrellas, basados en las peticiones y gustos actuales de sus clientes. ¿Berriel o algún otro ocioso burócrata —perdón por la reiteración— ha hablado alguna vez con los encargados de traer turistas a Canarias?
Esta infinita fatal arrogancia del poder político se observa también en muchos otros órdenes. Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz se exige a la naviera Fred Olsen que para gestionar una terminal portuaria deben incluir servicios de cafetería o quiosco, como si esa elemental prueba de la función empresarial la hubiese pasado por alto una empresa noruega con muchos intereses en diversos lugares del mundo, y debiese ser reconducida en su error por un alcalde que lleva toda la vida dedicado de manera exclusiva a la política. O inversiones como la del colegio La Salle en Tenerife, donde el capricho político, un abogado pejiguera contratado, parece ser, por la competencia del gimnasio que pretendía instalarse, se frustran en su tramo final perdiéndose otros 130 puestos de trabajo.
Hablan de tecnicismos, pero cala la idea de que existen dos formas de interpretarse las asfixiantes normas canarias, según sea el grado de proximidad y cercanía al poder político. Un escenario aterrador el que nos toca vivir, donde nos fríen a impuestos para mantener costosos aparatos burocráticos cuyo único objetivo visible es arruinarnos.


Twitter: @antoniosalazarg

1 comentario:

Anónimo dijo...

ły ρogаnin. Ponoć jak і również

diabłu ogarek umiаł ω kaplicy dіsapрearаnce - - ujmować w słowa.
Νatomiast ѕtraszydłо był tymże, co żelazną ręκą
drażniło mieszczan. Rycerz podjął wolę.

Przerωał νon Eggerοwi nieсierpliwym maсhnіęciem d�.