La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, propuso considerar la posibilidad de que las autonomías devolviesen las competencias en sanidad, justicia y educación, lo que conllevaría un ahorro estimado de 48 mil millones de euros. El solo enunciado de esa cifra haría imprescindible abrir el debate, pero pronto pasó a segundo plano por el escaso apoyo que recibió incluso —o principalmente— de su propio partido. Alguna crítica magra en argumentos, lo que podría dar a entender que muchos jamás han dedicado un solo segundo a reflexionar sobre el asunto y, en consecuencia, balbucearon una débil defensa destinada a defender el actual «status quo».
Fernando Ríos, Comisionado para el desarrollo del autogobierno y las reformas institucionales del Gobierno de Canarias, dijo en el marco de un interesante seminario que está celebrando la Real Sociedad Económica Amigos del País en Tenerife que resultaba evidente que con el traspaso de competencias a las comunidades autónomas se habían producido enormes avances en Sanidad y Educación, hasta el punto de convertir en irrefutable tal aseveración. ¡No tan aprisa!
Para comparar lo que ha sido la evolución en esas dos sensibles materias, deberíamos fijarnos en su evolución comparada y no contra una fotografía en blanco y negro de las Islas de hace 30 años. Está en la lógica política que nos hagan pensar en un coche con claxon y pañuelo blanco agitado por la ventanilla en señal de socorro y anunciando emergencia poniendo en peligro su seguridad y la de los demás frente a un moderna ambulancia medicalizada. Solo que es una estafa emocional porque tal cosa ocurre ya en todas las comunidades autónomas y no hay ninguna prueba de que si la gestión fuese del Ministerio eso seguiría igual.
Estas y otras muchas cosas han cambiado y para bien, pero no como una prueba irrefutable de eficaz gestión autonómica y sí de haber sabido aprovechar los enormes avances tecnológicos que se han producido en estos últimos 30 años, más rápidos y eficaces que en los cinco siglos anteriores. A decir verdad, tenemos una mejor sanidad porque la ciencia se ha desarrollado y la hemos podido pagar con el esfuerzo fiscal de todos los ciudadanos.
Con la educación nos encontramos en similar situación, ya que la comparación no puede hacerse con la que existía previamente sino en el contexto global en el que se deben mover los estudiantes, en un mundo plano en el que resultan escasamente competitivos. Nuestro nivel está a la cola de España y de los países OCDE, con lo que es complicado establecer «más verdades irrefutables».
Incluso podría decirse que la cercanía competencial ha sido un freno más que una ventaja ya que resulta complicado pensar en un modelo peor, con una «captura del regulador» al estilo de la protagonizada en su día por el sindicato STEC, en tiempos de Mendoza y Alduán, de cuyos efectos no hemos podido recuperarnos todavía. Es posible que Aguirre esté equivocada pero no será por las razones que argumenta Fernando Ríos.
Original publicado en ABC http://www.abc.es/20120417/local-canarias/abci-salaz-201204170847.html#.T40op5imsl0.twitter
No hay comentarios:
Publicar un comentario