Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



21 de julio de 2007

Ni lo entiendo ni lo comparto

No consigo entender que alguien pueda alegrarse por la muerte de un ser humano (no enlazo a nadie, porque no es éste un post contra nadie). Jesús de Polanco fue mi jefe durante trece años en los que trabajé en la Cadena Ser. Lo saludé en dos ocasiones, una en Madrid en la que mi paisano Juan Cruz nos presentó, y otra, en Tenerife durante una visita que hizo a los estudios de Radio Club. Siempre fue una persona con nosotros respetuosa y distante. Alguna vez me llegaron a comentar que nos escuchaba con frecuencia, no obstante, visitaba el Sur de la Isla donde era el propietario de varios hoteles formidables.

Como empresario me pareció un espabilado que se arrimó al poder -fuese el que fuese- hasta construir un imperio mediático muy influyente. El libro de Jesús Cacho 'El precio de la libertad' contenía capítulos que mostraban bien a las claras como se las gastaba. Desde otros medios le he combatido en la medida de mis escasas posibilidades, tratando de conseguir ofrecer alternativas a la enorme capacidad de sus empresas. A pesar de ello, le reconocí siempre su libertad para actuar como considerase en la gestión de sus empresas y por eso hoy quizás no esperaba una reacción tan virulenta a la noticia de su fallecimiento en Red LIberal.

Yo sí le deseo que descanse en paz y siento no haber contribuido a su derrota en vida, que era cuando la teníamos que haber conseguido. Y ojalá quienes se alegran de su fallecimiento recapaciten y sean capaces de ver que en el campeonato de las ideas, solo tenemos adversarios, no enemigos irreconciliables a los que desear la muerte como única manera de vencerles.

10 comentarios:

Mary White dijo...

Sí señor, tienes TODA la razón... to-da.

Anónimo dijo...

Ojalá se pudra en el infierno.

Stewie Griffin dijo...

"sean capaces de ver que en el campeonato de las ideas, solo tenemos adversarios, no enemigos irreconciliables"

Pues en determinadas cosas si que considero que tengo enemigos irreconciliables. Para mi esto es una batalla por las ideas, pero que no se queda en lo abstracto; en el mundo real se estan cometiendo abusos intolerables dia si y dia tambien, y hay gente que los legitima o se aprovecha y medra gracias a estos abusos.

Cuando formaba parte del PP no podia entender de ninguna forma que tras loq ue estaban luchando nuestros afiliados locales en un entorno bastante ostil y todo lo que estabamos denunciando que se estaba haciendo por parte del gobierno local socialista(todo tipo de tropelias, favoritismos y robos de guante blanco..), nuestros concejales estubieran de colegeo con los concejales directamente responsables de todo aquello.

No me parecia nada etico y muy hipocrita. Eso de aqui somos todos amigos y solo penasmos diferente puede valir para un afiliado de base o para un joven blogero socialista, pero para los cabrones que dirigen el cotarro solo vale la oposición mas firme incluso en lo personal.

sindromes de estocolmo los justos.

Y con esto no digo que me alegre de la muerte de nadie, solo digo que no me parece adecuado usar el argumento de aqui no pasa nada solo era una competicón de ideas, detras hay realidades que no podemos olvidar sin traicionar a las victimas y a nuestros propios principios.

AMDG dijo...

Claro que sí, los cadáveres son sagrados. Alegrarse en público o se celebrarlo está mal, otra cosa es decir que uno siente alivio, o criticar lo que haya hecho mal.

Anónimo dijo...

Algo para reflexionar:
Polanco y el 11-M
(y post-11-M) del que aún, también gracias a Polanco, no sabemos la verdad

Anónimo dijo...

Me parece que lo que ha hecho este hombre con España no es como para pasarlo por alto, Dios le perdonará, yo no puedo.

Anónimo dijo...

"Como empresario me pareció un espabilado que se arrimó al poder -fuese el que fuese- hasta construir un imperio mediático muy influyente. El libro de Jesús Cacho 'El precio de la libertad' contenía capítulos que mostraban bien a las claras como se las gastaba."

Creo que lo entiendes perfectamente y, en alguna medida, lo compartes.

No te líes.

Mary White dijo...

Stewie y el resto, incluido modesta opinión...
Lo que "leo" del post de Antonio es que es genial echar peste ahora que está muerto, cuando fuimos tan impotentes unos, cobardes otros, y negligentes, otros, como para DEJARLE al tipo que magreara como hizo con las cosas con las que magreó. Que se murió de viejo, como el dictador, que aqui somos mucho de boquilla pero luego...
Y que uno se alegra de lo que quiera, pero está muy feo alegrarse de la muerte del elefante... sobre todo cuando no has hecho nada para que eso pase...

Antonio Salazar dijo...

Hola a todos y gracias por participar del tema.

Yo insisto en que Polanco no fue mi enemigo sino un adversario al que me hubiese gustado ganarle compitiendo, incluso por las ideas. Claro que me parece reprensible lo que hizo casi siempre, pero eso no lo hace merecedor de la muerte.

Y tiene razón María cuando hace una comparación afortunada con otro que se nos murió en la cama de viejo.

Anónimo dijo...

"Yo insisto en que Polanco no fue mi enemigo sino un adversario al que me hubiese gustado ganarle compitiendo, incluso por las ideas. Claro que me parece reprensible lo que hizo casi siempre, pero eso no lo hace merecedor de la muerte."

No sé de dónde sacas que en redliberal se alegran de su muerte o piensan que la merece. Habrá quien sí, pero no veo que sea generalizado. Ni mucho menos.

En las ideas hace tiempo que se le ganó a ese franquista. Respecto a ganarle en la hegemonía mediática ¡compitiendo! no deja de ser una tontería políticamente correcta si se piensa un segundo nada más en que este tío no ha competido en su peñetera vida. O sea, competir con quien no lo permite.

Desde luego que lo entiendes, muy bien lo entiendes. Y si te dejas de otras concesiones diferentes a las debidas a la pura realidad, compartirás lo qué sí es generalizado en RL, que no merece absolutamente ningún elogio ese franquista reciclado en soporte del socialismo.