Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



2 de julio de 2006

Indignante

Como no es posible añadir un enlace al artículo de referencia, lo adjunto. Es una entrevista publicada en el periódico La opinión de Tenerife con un fiscal al que la periodista se atreve a considerar liberal. Y entre otras perlas indignas, se atreve a manifestar que si fuese por las víctimas de delitos, existiría la pena de muerte...

'Félix Pantoja: "Si fuera por las víctimas, habría pena de muerte"
BELÉN MOLINA / SANTA CRUZ DE TENERIFE

Félix Pantoja García, fiscal y vocal del Consejo General del Poder Judicial. Desde el máximo órgano de gobierno del Poder Judicial, la suya ha sido una de las voces que más alto ha defendido la Ley Penal del Menor. Opina que el aumento de los castigos no servirá para rebajar la delincuencia juvenil y mucho menos para lograr la reintegración en la sociedad del joven infractor, pero en materia criminal dice que el PP y el PSOE se mueven en el mismo miedo a perder votos.

Félix Pantoja García es un fiscal liberal. Pertenece a la facción progresista del Consejo General del Poder Judicial y no tiene reparos en manifestar su postura contra, por ejemplo, la reforma que se aplicó a la Ley Ordinaria de la Responsabilidad Penal del Menor en 2003, y la que está pendiente de ser aprobada por el Senado tras el verano. Con la misma claridad, afirma que los medios de comunicación somos culpables de que la opinión pública piense que esa ley desarma a la sociedad. "Se piensa que es una ley que no castiga y eso es falso. Castiga diferente, pero castiga y de forma muy dura".
-¿El fallo está en que esa Ley del Menor ha sido mal explicada, que se ha informado mal?
-Han pasado cosas espantosas en el tratamiento informativo de esa Ley. Se ha trasladado a la sociedad una idea falsa porque se piensa que no castiga, cuando lo cierto es que impone castigos de ocho y diez años de internamiento en centros cerrados. Para un chico que cometió un delito a los 17 años, es casi la mitad de su vida. Lo que ocurre es que el tratamiento del castigo debe ser distinto cuando se tiene menos de 18 años. ¿Por qué? Porque así lo señala la Convención de los Derechos del Niño de 1989 firmada por España, porque lo dice la Constitución y lo remarca el Código Penal.
-Antes de la Ley ¿qué tratamiento penal recibían los menores delincuentes?
-En el Código Penal anterior, con la atenuante muy cualificada de minoría de edad, que es una atenuante que no deja lugar a dudas porque se tiene la edad que se tiene, un menor de entre 16 y 18 años que hubiese cometido un delito muy, muy grave no estaba ocho años en la cárcel. A la atenuante súmele los beneficios penitenciarios. Sin embargo, con esta Ley el menor está ocho años en un centro cerrado y cinco bajo libertad vigilada. De hecho, los jóvenes prefieren ir a la cárcel, porque allí no están encima de ellos.
-¿No es cierto que hay más violencia juvenil?
- Se dice que ha aumentado mucho la delincuencia juvenil y no es cierto y aunque hubiera aumentado, eso qué significa: que fallan la primaria y la secundaria. Habrá que pensar qué pasa, porque aunque aumentemos el castigo y los llevemos a la cárcel, eso no va a solucionar los problemas. Solucionar los problemas sociales con el Derecho Penal es absurdo.
-Entonces, es falso que tengamos una juventud peligrosa...
-Tenemos una media anual de 70 tentativas de homicidio cometidas por menores, que es muy inferior a la media de los países del entorno. Y no varía, no crece. No tenemos una juventud peligrosísima. Lo que ocurre es que algunos crímenes salen en la prensa una y otra vez y se genera una falsa sensación de peligrosidad.
-¿Se pide a los jueces y fiscales soluciones que no están en sus manos? ¿Por qué la sociedad es tan punitiva?
-El Derecho Penal nunca actuará como prevención. Los menores ahora mismo no tienen valores. Los menores inmigrantes en Madrid están en la calle y si no se actúa con ellos, cometerán delitos. Pero, si una vez cometido el delito, usas el castigo para reconducir la situación, habrá un logro. Y ese posible logro se va a perder con la reforma de la Ley.Hay un centro de Almería en el que están los menores con delitos más graves de toda Andalucía. Sus gestores admiten un éxito del 20 por ciento. ¿Qué quiere la sociedad? ¿Trabajar para que en los delitos graves haya un éxito del 20 por ciento o la cárcel y que ese éxito sea del cero por ciento?
-Usted insiste en que hay un enfoque equivocado, que no es la ley la que hay que cambiar, sino otros factores.
-Yo digo que hay que reflexionar. Un estado de derecho tiene unas garantías que conllevan unos riesgos, pero esos riesgos no se admiten. Igual que salimos a las carreteras los fines de semana, y sabemos que habrá 23 ó 30 muertos, de la misma manera no se puede encerrar a una persona antes de cometer el delito. Que nos digan que está prohibido circular por carreteras los fines de semana. Seguro que acabamos con los muertos, pero sería una limitación de la propia libertad inadmisible.
-Usted dice que el derecho penal no previene el daño, pero el Gobierno parece creer lo contrario.
-Es un error peligroso. La sociedad nos reclama a los jueces y fiscales que tomemos medidas. Nos dicen "¿es que tienen que esperar a que muera alguien para hacer algo? Pues la respuesta es sí. En un estado de legalidad, hay que esperar a que se cometa el delito para castigarlo. El derecho penal funciona a posteriori. Jamás paliará el problema. Sólo lo castiga.
-Esta Ley es del PP ¿No es chocante que el PSOE sea más punitivo y menos social que los conservadores?
-La primera reforma rompió la ley y la de ahora, la quiebra del todo. Es chocante, sí, pero en materia de criminalidad, izquierda y derecha tienen la misma convención y sucumben al populismo punitivo por miedo a perder votos. Yo digo al Gobierno que es más coherente rebajar de nuevo la edad penal a 16 años y moverse en el proceso penal ordinario. Si al chico lo llevamos a la cárcel con 18 años, se acaba el trabajo de reintegración con él. Si un joven comete un delito con 17 años, se le pone un programa de intervención en centro cerrado, y al año, o a los tres años, es enviado a la cárcel, ese programa se acaba. Éxito cero. Si la respuesta es la cárcel, entonces habría que dejar de ser hipócritas y manejarnos por el sistema procesal de adultos. Si seguimos haciendo caso a las víctimas, cuyo dolor es legítimo y comprensible, acabaremos por imponer la pena de muerte.

El éxito con las niñas de San Fernando

La entrada en vigor de la Ley Penal del Menor fue poco afortunada, en principio porque coincidió con crímenes tan atroces como el de las niñas de San Fernando y el de la katana. ¿Cómo ha funcionado la ley en estos dos casos?
-Las dos chicas de San Fernando fueron condenadas a ocho años de internamiento. Una de ellas está en Madrid, ha iniciado la carrera universitaria. La otra está en Galicia y también lleva un proceso de resocialización estupendo, pero cuando el juez consideró que, para seguir con esta buena evolución, debían pasar a un régimen semiabierto hubo una manifestación en contra en Cádiz. Es decir, en vez de aceptar que la ley ha sido un éxito con estas dos niñas y que puede devolver a la sociedad a dos asesinas, lo que hay es una manifestación para protestar porque la ley no castiga. ¿De qué hablamos?
-Pero ¿y las víctimas?
-El problema de la víctima es distinto. Se orienta hacia la venganza, pero la moderna victimología tiene otro enfoque. El Estado deberá gastarse lo que sea necesario para que la victima tenga la mejor reparación personal posible, pero también tiene que legislar con criterios racionales.
-¿Se ha fracasado con el chico de la katana?
-El fracaso fue anterior a su crimen. El chico de la katana tenía unos graves problemas psiquátricos que jamás fueron atendidos. Tenemos una magnífica pediatría médica, pero la psiquiatría infantojuvenil no existe. Los trastornos de personalidad no se tratan salvo que uno pague la terapia. ¿Es ese un problema de la Ley? Mejor sería pensar en que faltan determinados recursos sociales y psiquiátricos para corregir determinadas conductas antes que aumentar las penas que, insisto, no servirá de nada.'

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La que está realmente buenísima es Esperanza Aguirre.
Saludos liberales

Libertymad dijo...

¡Qué barbaridad! Todo se arregla contratando médicos y psicólogos para educar a la gente. La sociedad convertida en un gigantesco jardín de infancia en el que jueces como ese se reservan el papel de profesor o institutriz.
Me recuerda a un ex amigo, que decía que nadie debería ganar más de un millón de pesetas al mes, es decir, lo que él calculaba le bastaría a él para vivir bien. Como los idiotas que apoyan las dictaduras pensando que en ese caso a ellos les tocaría mandar. ¿Y si no tienen esa suerte?
¡Viva Canarias!

Anónimo dijo...

Vaya un cabreo que me acabo de agarrar leyendo esta entrada en el blog.

Es asunto mío la calificación moral de las personas con las que me cruzo. Pues yo a este señor fiscal lo tengo por una persona de tanta integridad y valía como las dos niñas encantadoras de San Fernando. Lo considero exactamente igual y creo que habría que aplicarles el mismo tratamiento a los tres.

El problema de los jueces que exculpan a violadores porque sus víctimas llevan minifaldas es el mismo que el de los fiscales que liberan a asesinos mientras enchironan a cinturones negros acusados de defenderse. Y la solución, igualita: juicios con jurado y jueces y fiscales elegidos en las urnas, como en algunos estados de EEUU. Entonces veríamos qué concepto de justicia prevalece.

Eso sí, reconozco que las medidas made in USA que a mí me gustaría aplicar para lidiar con cierta parte de la judicatura española son, ¿como decirlo? un tanto mas "expeditivas".

Anónimo dijo...

Mierda!!! Yo tambien me he mosqueado... aunque la entrevista es muy interesante, gracias.

Joder, por que los jueces no se decican aplicar la ley, aplicar la ley, aplicar la ley...

Y no como este que se dedica a decir tonterias, en mi humilde opinion. Y claro, las chiquitas son un exito maravilloso, pero lo el tio de la katana no es un fracaso porque *·%$ ... menudo jugador de ventaja.

Saludos