Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



7 de febrero de 2006

Una de progre incomprensible

Elsa López es muy buena persona: es de izquierdas. Además, es muy buena escritora, no obstante fue finalista del premio Planeta hace unos años. Por si fuera poco, trabaja con Antonio Gala en una fundación de aquel en Granada. Y por lo que se ve, una fina analista de la actualidad internacional: Tanto, tanto, que me cuesta entenderla. Debe ser que uno no es tan buena persona y está al servicio de la visión bushniniana de odio a los musulmanes demostrado con las famosas viñetas.

Hoy en la La Opinión de Tenerife

Elsa López
Manipulación del odio


Es muy fácil. Tómese como ejemplo lo sucedido con las dichosas viñetas. Se ven en la prensa y uno comprende el odio del que las hizo; porque no cabe duda de que el tipo siente odio hacia los árabes en general y sobre los musulmanes en particular y que no es casual la visión de Mahoma con una bomba en el turbante porque esa imagen viene avalada por la visión bushiniana que el periodista tiene del mundo. Luego se ven las reacciones del pueblo musulmán ante las caricaturas y uno se da cuenta de lo fácil que resulta prender la llama para que el fuego se extienda y el odio crezca y se multiplique por mil. El danés está encantado con la respuesta fanática y dislocada de los fanáticos y Bush está encantado con la reacción de Siria y de Irán porque eso "muestra" a la comunidad internacional lo iracundos y violentos que son los mahometanos. Y mientras unos hacen crecer el odio hacia los infieles enarbolando las caricaturas como prueba incontestable de nuestra maldad iconoclasta de no creyentes blasfemos y fuera de toda posibilidad de redención, los otros enarbolan la bandera de la salvación universal cristiana y benemérita que debe librar a Occidente de esta riada de gente ladrona, desaprensiva y terrorista desde antes de nacer. El odio a lo ajeno, a lo diferente, a lo no entendible; el odio al diálogo, a la libertad de expresión (y, por ende, de dibujar lo que nos venga en gana) está servido. Mañana me impedirán pintar viñetas de la Condolencia Rice con esa cara de odio y de bruja pariendo que tiene en las fotos y que me inclina a caricaturizarla en dibujos o en crónicas, porque puedo ser condenada por atentar contra la imagen sacra de un gobierno sacro. Creo que se deben respetar las creencias de los otros pero hasta cierto límite, porque tampoco debemos admitir creencias antidemocráticas, inhumanas o carniceras. No seamos hipócritas. Que ya nadie se puede creer que uno deba respetar determinadas religiones que predican la imperfección de las mujeres por razón exclusiva de género. Que encerrarlas en un camarote porque ellas son histéricas per se y dejar que se hundan con el barco y así evitar que cunda el pánico durante el hundimiento del mismo, sólo se le puede ocurrir a quienes han sido educados en una cultura donde el capitán se salva el primero no sólo por serlo y tener bote salvavidas, sino porque ser hombre es lo fundamental. Y esas creencias se aplican a una religión que algunos odian hasta caricaturizarla y así, de paso, consiguen prender la llama que acaba siendo un fuego desolador que consume casas, embajadas y seres humanos, y que justificará una intervención armada. Pero el odio crea animadversión al otro y a las ideas del otro y, como consecuencia, se usa para establecer determinados precedentes. Y, ya que estamos, bombardeemos Damasco y Teherán que es lo que buscábamos. Servido el odio, servido el banquete para sus degustadores más exquisitos.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Joderrrrr!! ¿Y quién es esta buena señora?

vaya vaya, Asi que las víctimas verdugos y los verdugos víctimas... Ni a propósito se puede interpretar tan mal la realidad.

Y se permite hablar de odio cuando su escrito rezuma ídem desde la primera hasta la última letra..

Anónimo dijo...

Nada nuevo bajo el sol, que si antimusulmanes que si visión bushiana, bah paletoprogres

Juan Estébanez dijo...

Aunque le pongan la cimitarra en el cuello, la amiga Elsa seguiría diciendo las mismas tonterías.

Me recuerda a los rusos represaliados por el stalinismo que justo antes de ser fusilados gritaban ¡Viva Stalin!

Ya va siendo hora de desenmascarar a esta gentuza

Anónimo dijo...

Lo que más me sorprende de todo es eso de que fuera finalista de un premio planeta. A no ser que el tema obnubile sus capacidades literarias, a mi su escrito me parece más enredado que la pata de un romano.