Impertinencias relacionadas con el pensamiento políticamente correcto de periodistas y políticos de las Islas Canarias



3 de diciembre de 2012

¿Austeridad?


ALGUNOS medios de comunicación se apresuran a poner el grito en el cielo y bramar contra los presupuestos que Canarias tendrá que aprobar, señalando el exacto culpable de que tal cosa ocurra: Madrid y el Gobierno de Mariano Rajoy. No es extraño que compren siempre la misma mercancía averiada que Paulino Rivero. Entre esos mensajes de alarma se nos ha dicho que los presupuestos volverán a los niveles de 2007. Resulta que ese es el último año de expansión económica y aún habrían de pasar unos cuantos antes de que nuestros siempre prudentes dirigentes tomasen nota de lo que se avecinaba. En el periodo que va de 1996 a 2007, España aumentó su gasto público un 100%, mientras que en esa misma etapa, Alemania lo hacía un 12%. Cierto es que todo parecía fiesta, los ingresos nunca terminaban y aunque fuesen fruto de una frenética actividad inmobiliaria (y por tanto finita), los gastos de la administración se iban consolidando. Ayudaba que nuestra deuda pública era baja en comparación con los países de nuestro entorno, nos financiábamos sin problemas y estaban lejos los tiempos en que viniese el organizador de la fiesta a retirar el ponche, en afortunada expresión (acaso la única) de Alan Greenspan.
Ahora es cuando vienen los problemas; la administración se encuentra tal si fuera el último año de la borrachera crediticia pero los operadores privados están mucho peor, aunque no parece que repare nadie en ellos. El sector del automóvil se mueve en niveles de 1990, el de la construcción como si estuviese en 1992 (en medio de otra crisis) y el turístico alcanzó el año pasado el mismo nivel que en 2001 (12 millones de turistas) pero por diversos factores tales como la primavera árabe o la rebaja de las tasas aéreas, pero sin la rentabilidad de entonces. El sector privado ha hecho su ajuste pero no parece que el público siga su ritmo, lo que nos impide soltar un lastre que es vital para avanzar. El presupuesto presentado en el parlamento avanza alguna subida de impuestos, la creación de nuevas figuras tributarias o el estudio de otras (esa idea disparatada de imponer una tasa turística) como forma de compensar el escaso esfuerzo que hace la administración, motivado por la pérdida de transferencias desde Madrid y no como convicción en que se hace lo correcto. El muchas veces citado estudio de Alesina(Universidad de Harvard) y Perotti (Universidad Milán) sobre consolidaciones fiscales muestra que aquellas que son más efectivas son las que reducen el gasto y no las que suben los impuestos. Rivero y su gobierno ya han subido el tramo autonómico del IRPF, el IGIC (un 40% de golpe), tasas e impuestos sinfín sin que nuestra yerta economía dé señales de mejoría. Va siendo hora de que contemple podar de verdad el aparataje administrativo que ellos mismos se han creado para satisfacer a tanto conmilitón. Y por una vez, cumplir con su histórica responsabilidad, abandonando esa imagen lastimosa y pedigüeña que tanto daño nos está haciendo.